La vida en el monasterio, regida sólo por la oración
La vida en el monasterio, relata Laura, es muy sencilla y está regida por la oración de la Liturgia de las Horas.
“Nos levantamos a las 5.45 y vamos a la primera oración comunitaria a las 6.15”, comienza señalando.
Después tenemos un momento de oración personal y, a las 8, misa.
Luego se reza Tercia, una oración para consagrar el trabajo, y minutos después desayunan.
“Más tarde comenzamos con los trabajos. A las 11.45 rezamos otra pequeña oración de la Liturgia de las Horas, llamada Sexta, y vamos a almorzar”, cuenta.
Después del almuerzo hay un tiempo personal, hasta las 13.30 que comienza el silencio, para que aquella que lo necesite pueda descansar.
A las 15 otra vez se reúnen en la capilla para la hora de Nona, y vuelven a los trabajos.
“A las 18.00 rezamos el Rosario, y seguido la oraLos ción de Vísperas, es decir, la oración de la tarde. Luego tenemos otro tiempo de meditación y oración personal hasta las 20, en que vamos al comedor para la cena”.
A continuación de la cena comparten un recreo y a las 21.30 rezan la última oración del descanso nocturno denominada Completas.
“Miércoles y sábados extendemos la oración en vigilia con adoración al Santísimo hasta la medianoche”, aclara y agrega: “Jueves y domingos tenemos adoración al Santísimo por turnos: a la tarde los jueves y a la mañana los domingos”.
trabajos los realizan de a dos o más religiosas, y van rotando.
Se desempeñan en la cocina, portería, sacristía, comedor, huerta, atención de los animales y elaboración de ornamentos.
Todo lo que se cultiva en la huerta es para consumo propio.
“Vivimos de la Providencia de Dios, que se nos hace presente a través de distintas personas que nos ayudan. Confiamos en la Providencia que nunca nos abandona”.