La Nueva Domingo

Insistir con el atraso cambiario, una amenaza para el Gobierno .

Utilizar el dólar como ancla contra la inflación puede traer beneficios electorale­s, pero perpetuar la medida equivale a tapar una olla a presión.

- Francisco Rinaldi frinaldi@lanueva.com

El futuro inmediato de la macroecono­mía argentina estará ligado a la percepción que los mercados financiero­s tengan sobre los candidatos que resulten victorioso­s en las elecciones generales, ya

que las reservas de dólares del BCRA son insuficien­tes para frenar una corrida cambiaria, y el ahorro en moneda nacional es casi inexistent­e, de acuerdo con economista­s consultado­s

Nueva. por La

Es que la compra de dólares billete por parte del sector privado sigue en niveles muy elevados -según datos del Central, totalizó, en el primer semestre de 2019, 25.373 millones de dólares, un 28 por ciento más alto contra igual lapso del año anterior- una clara muestra de que el apetito por el “billete verde” es insaciable.

“Los argentinos ahorramos en dólares. Y eso va más allá de las elecciones, y tiene que ver con la inexistenc­ia de una moneda confiable que sirva de reserva de valor”, indicó el analista Fausto Spotorno, de la consultora Orlando Ferreres & Asociados.

Del lado de las reservas de la autoridad monetaria, un activo indispensa­ble para hacer frente a una corrida contra el peso, los analistas acuden al concepto de reservas netas, que surge de descontar a las reservas brutas -hoy en 68.338 millones de dólaresaqu­ellos ítems que no pueden ser utilizados, al menos no en forma inmediata, para salir a frenarla.

Las reservas netas, según el economista Amilcar Collante, totalizan hoy U$S 16.665 millones, aunque estimacion­es más optimistas las sitúan por encima de los 19.000 millones.

“El tema es que los delución pósitos a plazo fijo, estimados en moneda dura, superan esos montos. Por lo cual, está siempre latente el riesgo de que ese dinero quiera pasar a dólares, lo cual recrudecer­ía las tensiones sobre el mercado cambiario”, alertó Víctor Beker, de la Universida­d de Belgrano.

Según las últimas cifras del BCRA del 22 de julio del corriente, había en el sistema financiero argentino alrededor de 29.700 millones de dólares en colocacion­es a plazo, consideran­do el tipo de cambio oficial de ese día.

“Las reservas del Central no alcanzan para contener una corrida como la del año pasado. Pero es cierto que los actuales niveles de atraso cambiario (N de R: se refiere a la evodel precio del dólar con respecto a los precios internos, algo que suele exacerbar todavía más el natural deseo de dolarizar carteras) no son tan altos como en los meses previos a la corrida, lo que torna menos probable un evento de esas caracterís­ticas”, explicó Spotorno.

Pero aclara: “eso no quiere decir que se vaya a mantener en los niveles actuales. Digo que hay menos condicione­s hoy para que la suba del dólar sea tan violenta como en 2018. Nosotros manejamos un escenario, el de mayor probabilid­ad de ocurrencia, de un dólar por encima de los 50 pesos a fin de año, una suba mucho más baja en comparació­n con la corrida”.

En promedio, entre abril y diciembre de 2018, la etapa más álgida de la corrida, el dólar mayorista de referencia del BCRA se incrementó nada menos que un 87%. Pero el minorista subió 100% en el mismo lapso, con una aumento de casi el 20% en un sólo día (finales de agosto de ese año), la segunda más importante desde 2002.

“Un aumento del orden del 20%, que es nuestro escenario más esperado, claramente es muy inferior”, aclaró Spotorno.

Mala idea

Para Beker, las cifras -y la historia- hablan por si sólas. Incurrir, otra vez, en el atraso cambiario no parece la mejor idea, toda vez que esta estrategia sería el “huevo de la serpiente” que incuba la próxima corrida cambiaria.

“Espero que las autoridade­s hayan aprendido la lección. Dejar mucho tiempo quieto al dólar es como contener una olla a presión”, advirtió.

Desde el Instituto para el Estudio de la Realidad

Las reservas netas, según,Amilcar Collante, totalizan hoy U$S 16.665 millones, aunque hay estimacion­es más optimistas".

En promedio, entre abril y diciembre de 2018, la etapa más álgida de la corrida, el dólar mayorista se incrementó nada menos que un 87%.

Latinoamer­icana (Ieral), piensan en el mismo sentido: no permitir que el dólar acompañe a la inflación puede aumentar las expectativ­as de devaluació­n del público, todo un clásico en un país donde un ministro instó, allá por los 80, a la gente a no comprar dólares, días antes de una (de las tantas) recordadas devaluacio­nes.

"Dada la proximidad de las elecciones presidenci­ales, el gobierno tiene importante­s incentivos a tratar de mantener el tipo de cambio estable. Por otro lado, si esto sucediese, la inflación seguiría reduciendo el Tipo de Cambio Real -o TCR- (N de R: la razón entre el precio del dólar y el índice inflaciona­rio, una medida de cuán competitiv­a es, en cuanto a precios, la la Argentina) en un contexto de menores dólares comerciale­s (históricam­ente los trimestres de mayores dólares comerciale­s son el segundo y el tercero) y de incertidum­bre por el resultado eleccionar­io".

"De esta forma, en un escenario extremo que el gobierno lograse mantener congelado al tipo de cambio por razones políticas hasta fin de las elecciones, el TCR bajaría (a precios de julio del 2019) a casi 39 pesos por dólar".

"Esta caída del TCR probableme­nte sí genere una situación de atraso cambiario que dado los menores dólares comerciale­s y dependiend­o de lo que ocurre con las elecciones, podría subir nuevamente las ya elevadas expectativ­as de devaluació­n y la prima de riesgo país y desencaden­ar el proceso contrario al evidenciad­o en los últimos meses".

Traducido: si la divisa no se actualiza siguiendo el ritmo inflaciona­rio (es decir, baja mucho el TCR), los nervios se volverían a sentir en el mercado cambiario.

Que no se vayan

La posibilida­d de trasvasami­ento de los depósitos a plazo hacia el dólar motivó diferentes medidas por parte de la autoridad monetaria.

La más significat­iva fue dejar la tasa de referencia en un 58%. Meses antes, decidió mejorar la "transmisió­n" de esa tasa a los ahorristas a través de medias como la posibilida­d de armar un depósito a plazo sin ser cliente de una entidad financiera y en forma on line.

Con todo, la idea es que no se sumen estos fondos (colocados en su mayoría a cortísimo plazo, léase, no más de 30 días) al clásico y siempre omnipresen­te ahorro en verdes.

Más allá de los ejercicios numéricos, la variable más importante para la evolución del precio del dólar en el segundo semestre sin duda va a ser el resultado de las elecciones presidenci­ales.

"Dado que los compromiso­s financiero­s para el año 2020 requieren la necesidad de volver a tener acceso a los mercados de crédito, las relaciones históricas de los diferentes candidatos con dichos mercados pueden jugar un rol muy importante en las expectativ­as".

"Un resultado favorable para los candidatos con un historial menos ”amistoso” con los mercados de crédito, repercutir­á probableme­nte en mayores presiones sobre el dólar que podrían generar un TCR más alto que lo previsto en los escenarios anteriores", opinaron desde el Ieral.

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ARCHIVO LA NUEVA.
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