La Nueva Domingo

La génesis de la Marcha Peronista

- Por Miguel Ángel Asad Miguel Angel Asad es abogado. Vive en Bahía Blanca.

Muchas de las canciones que nuestro pueblo canta fueron recopilada­s por don Andrés Chazarreta -anónimas en sus orígenes-, que él inscribió a su nombre. Hay santos de la Iglesia que fueron santificad­os por el pueblo antes que por la Jerarquía eclesiásti­ca. Algo similar pasa con la “marcha peronista”. Sus acordes y letra ad usum pertenecie­ron al Club Barracas Juniors de la ex Capital Federal de Buenos Aires. Su música partió de la tribuna barrial y aterrizó en las gargantas de millones de argentinos desde hace mas de setenta años. La compuso “de oído” Don Juan Streiff para delicia de los hinchas y de las murgas bullanguer­as de carnaval. Al frente siempre estaba don Juan, con su bandoneón. Aprendió a tocar de “oído” . Trabajaba en el Correo Central desempeñán­dose como técnico electricis­ta allí y en todo el país para reparar sistemas eléctricos o telegráfic­os.Se inclinó por el alcohol, perdió la voz por un cáncer que le diagnostic­aron en el Hospital Escuela de Clínicas. Lo operaron y le dejaron dos agujeros con un vendaje. Murió en 1956 cuando tenia 60 años, justo cuando el General Valle era fusilado en la penitencia­ria de Las Heras, donde Hugo del Carril cumplía asistencia perfecta. Las murgas iban cantando una marcha, que tenía una letra

que cantaban todos: "Vamos, muchachos unidos / Todos juntos cantaremos / Y al mismo tiempo diremos / un hurra de corazon. / Por esos bravos muchachos /que lucharon con fervor / por defender los colores / de esta gran Institució­n."

En 1955 el odio gorila llevó a dos oficiales de la Marina a la casa de Streiff y lo increparon duro sobre cuánto le había pagado Perón por esa marcha. Se encontraro­n con un hombre sencillo, enfermo, mudo, se daba a entender escribiend­o en una pizarra, jubilado del correo. El periodista Hugo Gambini fue el único que le hizo justicia publicando en La Nación, en 1992, “La verdadera historia de la marcha peronista”. Tras 1955 estaba prohibido cantarla, pero en Barracas la cantaban con la música y letra de sus orígenes, ajenos por bruta inocencia a las imposicion­es de la brutal “fusiladora”. Se llevaron presos a todos los integrante­s de la murga. Hoy las murgas casi han desapareci­do de Barracas. Como desapareci­eron los negros de nuestra historia y los angelitos negros de los altares. Al bandoneón de Streif la familia lo regaló a unos chicos del barrio. Pero queda una postal de suma actualidad y vigencia: cuando se la “estrenaron” al General Perón, los aduladores que lo rodeaban no sabían la letra. Movían los labios como mimos para aparecer como que la sabían ante el General.

Lo mismo que hacen hoy muchos candidatos que juntan votos del peronismo, usufructúa­n el poder del peronismo y en especial de los símbolos porque convocan más que ellos mismos.

Ignoran las 20 verdades, nunca leyeron “La comunidad organizada” ni “La fuerza, el derecho de las bestias”, o sea que siguen haciendo la mímica y no saben ni les importa la letra de la doctrina.

Mientras, líderes mundiales como Putin, Lopez Obrador, el Papa Francisco y jefes de mas de 140 paises no alineados admiran y ponen en practica, en pro de un mundo multipolar, la resistenci­a al nuevo orden mundial, basados en la doctrina de la tercera posición. Porque no es lo mismo el aserrín que el pan rallado.

OTRAS VOCES.

Ignoran las 20 verdades, no leyeron “La comunidad organizada”, siguen haciendo la mímica y no conocen ni les importa la doctrina.

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