Los piropos de la calle O'Higgins
Hace 78 años, en el mes de septiembre de 1941, volvieron a sentir su accionar los piropeadores de la calle O'Higgins, una verdadera plaga urbana que se mostraba en la cuadra comercial más importante del microcentro bahiense.
Un par de meses antes, agentes de la policía bonaerense habían tomado intervención ante un hecho singular: centenares de personas se apoltronaban en las veredas de calle O'Higgins, para piropear a cuanta mujer caminara por la arteria.
Lo censurable era que esos piropos lejos estaban de conformar una galantería fina, sino que, por el contrario, se ubicaban rayando la guaranguería, incomodando a las paseantes.
En ese marco, la policía había demorado a noventa personas bajo la figura de "molestar en la vía pública".
De poco sirvió. Pocos días después los hombres volvieran a asumir ese comportamiento al que este diario, sin pelos en la lengua, calificó de "poco viril".
La situación era la siguiente: los sábados y domingos el municipio cortaba el paso vehicular en O'Higgins, con lo cual el paseo adquiría un exitoso carácter peatonal.
Los piropeadores se ubicaban entonces formando dos filas: una contra las vidrieras y otra sobre el cordón, formando una verdadera "galería humana".
Las consecuencias negativas eran dos: con los pretendidos piropos ofendían el pudor y recato femenino.
La otra afectación era la de cubrir por completo las vidrieras, afectando por lo tanto las ventas de los comercios.
"Es evidente la necesidad de nuevas batidas policiales que obliguen a estos jóvenes indecorosos a reflexionar sobre esta actitud y que no conviertan el paseo en un sitio en que la grosería tiene su mejor expresión", señaló este diario.
Piropeadores de O'Higgins en los 40, devenidos plaga urbana, hoy acosadores.
OTRAS VOCES.