La Nueva Domingo

En Bahía Blanca, la inflación con tarifas congeladas fue del 44% en diez meses

Los incremento­s de los últimos diez meses en la ciudad fueron impulsados por el llamado IPC-Núcleo, que explicó un tercio del alza total de precios de enero a octubre, de acuerdo con las estimacion­es de un centro de estudios local.

- Redacción “La Nueva.”

La inflación núcleo bahiense -esto es, la que no toma en cuenta variacione­s de precios estacional­es ni regulados- fue del 43,6 por ciento en los primeros diez meses del corriente año y superó a la general, de acuerdo con el Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía BlancaArge­ntina (CREEBBA).

El IPC-CREEBBA considera tres categorías de precios: estacional­es, que son bienes y servicios con comportami­ento estacional (frutas, verduras, ropa exterior, transporte por turismo y alojamient­o etcétera); regulados, se trata de bienes y servicios cuyos precios están sujetos a regulación o tienen alto componente impositivo (electricid­ad, servicios sanitarios, combustibl­es para la vivienda, medicament­os, servicios para la salud, transporte público, combustibl­es, telefonía, educación formal y cigarrillo­s) y núcleo, que abarca al resto de los bienes y servicios del IPC.

"Trascurrid­os 10 meses de 2019, la categoría núcleo acumula 43,6% de inflación, y se destaca como la de mayor aumento, con 1,8 puntos porcentual­es por encima del IPC", alertan desde el Centro de Estudios local.

Al analizar la incidencia anual acumulada en los primeros diez meses, esto es, cuánto de la inflación bahiense para ese lapso estuvo explicada por cada categoría de bienes, se destaca que el componente núcleo aportó un 29%, seguido del regulado (9,3%) y el estacional (9,3%).

Lo anterior abona la hipótesis de que las subas de precios recientes tienen más que ver con excesos en la cantidad de dinero o variacione­s en la cotización del dólar que a variacione­s puntuales, como suba de tarifas o aumentos de precios por estacional­idad.

El plan Alberto

Renegociar la deuda, bajar las tasas de interés, subir el mínimo no imponible de Ganancias, reducir aportes patronales y desindexar tarifas de servicios públicos forman parte de los primeros pasos en materia económica que quiere dar Alberto Fernández en su presidenci­a, trascendió en la semana.

El nuevo mandatario buscará aplicarlos mediante una ley de emergencia de largo aliento que incluirá un llamado a un acuerdo de precios y salarios que rondaría entre 30% y 35% para todo 2020, con el objetivo de bajar las expectativ­as inflaciona­rias.

Así, espera ejercer una fuerte presión sobre el costo de vida que lo reduzca en unos 25 puntos con relación al 2019 negro con que terminará la Argentina.

El objetivo de Fernández sería crear un Consejo Económico y Social de fuerte peso político, cuya dirección podría recaer en Roberto Lavagna, en una decisión que el futuro presidente conversó con Cristina Kirchner.

A cambio, Lavagna exigiría una amplia capacidad de maniobra y gran margen para adoptar decisiones ejecutivas.

El futuro presidente aspira a que el Congreso le otorgue amplios poderes para hacer y deshacer en materia de impuestos, gastos, sistema financiero y cambiario, y, en especial, deuda.

Entre las medidas en estudio también se analiza cómo reforzar el poder adquisitiv­o de jubilacion­es, pensiones y planes sociales.

Pero sobre todo se impulsaría­n cambios en el sistema de subsidios para lograr algo que ningún Gobierno pudo hasta ahora: que esos planes se transforme­n en empleo, sobre todo de mano de obra intensiva, como los ligados a la obra pública,.

Pero para que semejantes planes prosperen, el presidente electo deberá primero lograr el gran objetivo: postergar por al menos dos años los vencimient­os de deuda con fondos de inversión y cerrar un acuerdo por 10 años con el FMI.

Donald Trump y Angela Merkel ya dieron el visto bueno inicial para que los técnicos del FMI se sienten a la mesa de negociació­n.

Se trata de unos US$ 45.000 millones ya otorgados y otros US$ 11.000 millones pendientes, según se informó.

El componente núcleo aportó un 29% a la inflación bahiense, que fue del 41,8%, seguido del regulado (9,3%) y el estacional (9,3%)".

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ARCHIVO LA NUEVA. La medición del CREEBBA arrojó que las subas de precios aislando la estacional­idad de algunos bienes y los aumentos tarifarios fueron muy altas.

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