Más allá de la pandemia, en los próximos meses se mantendrán los flujos comerciales de los principales commodities agrícolas, en los cuales nuestro país juega un rol importante dentro de la oferta global.
¿Puede una pandemia a nivel mundial sea la oportunidad que nuestro país –y, en especial, el sector productivoestaba esperando y necesitando?
En el contexto actual, el Fondo Monetario Internacional prevé una caída del 5% en el PBI mundial para 2020, cuando a principios del presente año se aguardaba un crecimiento global superior al 3%. Para encontrar una caída de esta magnitud, en pocas palabras, habría que remontarse a la salida de la Segunda Guerra Mundial.
Más allá de todo lo negativo que supone esta situación, en la mitad llena del vaso se puede encontrar una buena noticia para el sector primario argentino: la parálisis del comercio exterior y la producción industrial, ocasionada por la generalización del coronavirus a nivel internacional, pondrá de manifiesto una crisis de oferta y demanda sin precedentes con un futuro incierto y no muy alentador.
Previo a la irrupción del Covid-19 en el escenario mundial, las proyecciones indicaban que para el año 2040, el 75% del PBI total lo tuvieran los países emergentes -a principios de siglo, ese porcentaje era del 50%-. Sin embargo, la pandemia podría generar una aceleración de este pronóstico a partir del abrupto cambio de contexto.
“Se espera una recuperación en forma de V (rápida) en 2021 en todas las regiones del mundo, principalmente en las economías emergentes –señalan desde el Centro Regional de Estudios Económicos de
Bahía Blanca-. Además, dentro de los sectores menos afectados por la crisis a nivel global se encuentra el sector agroalimentario”.
Mientras el intercambio internacional total se contrajo entre un 13% y un 32%, los alimentos presentan un menor impacto por ser productos imprescindibles en el abastecimiento.
“Por ello, los países emergentes importadores de commodities seguirán siendo los socios comerciasas les estratégicos de la Argentina, representando a futuro un factor estratégico en la generación de divipara la próxima cosecha fina son más que auspiciosos tanto en el país como en la región. necesarias para amortiguar el impacto ocasionado por el coronavirus en la economía local, dentro de un contexto muy limitado respecto a la posibilidad de utilizar herramientas de política económica”, cuentan.
En este nuevo contexto, se explica, los países del sudeste asiático se presentan como los principales ganadores, avanzando en términos relativos después de esta crisis como consecuencia del impacto que experimentarán los países centrales de occidente, que no tendrán mucho margen de maniobra y perderán posiciones en el nuevo mapa geopolítico.
”Las exigencias sanitarias y ambientales serán más estrictas en el futuro dentro de los parámetros del comercio internacional. Ambos factores representarán parte de los nuevos lineamientos, donde la certificación de calidad en los productos será más común a partir de las nuevas demandas de los consumidores”, cuenta un informe elaborado desde la entidad, que asegura que el mundo no será el mismo a partir de “este brusco cambio de paradigmas” impuesto por el coronavirus.
“Obviamente, es difícil saber con exactitud qué mundo tendremos en el futuro, pero lo cierto es que la demanda por alimentos seguirá y la premisa será la seguridad alimentaria: el comercio posiblemente se presente con algunas restricciones y un mayor proteccionismo”, se agrega.
Al respecto, y más allá del cambio de prioridades, se explica que para el sector agropecuario seguirán existiendo fundamentos básicos que mantendrán los flujos comerciales de los principales commodities agrícolas, en los cuales nuestro país juega un rol importante dentro de la oferta global.
¿Cómo es eso? La mayoría de los análisis coinciden en plantear que el trigo se encuentra divorciado del contexto internacional, por tratarse de un producto de consumo esencial y muestra independencia respecto a los mercados energéticos.
La cuestión interna
Según el informe, las limitantes para que nuestro país aproveche esta situación se encuentran en la economía interna.
“El mercado externo representa una de las pocas alternativas que permitirían lograr una tendencia de crecimiento en el nivel de actividad económica, y el sector agroindustrial tiene la capacidad para poder aprovecharlo”, dice.
Por ello, se considera necesaria “la existencia de señales claras -en términos de política económica- que despejen la incertidumbre y permitan visualizar un horizonte con expectativas positivas para el corto y mediano plazo”.
“El país tendrá en los agroalimentos casi la única posibilidad de generar divisas y recursos fiscales en el corto plazo. Las perspectivas a nivel nacional para la próxima campaña de granos finos anticipan un crecimiento en la superficie destinada al cultivo de trigo, manteniendo la ten
Según el CREEBBA, a partir de la pandemia, la seguridad alimentaria pasará a ser una premisa, con nuevas restricciones y mayor proteccionismo.