El Parque de Mayo sin automóviles, un paseo diferente
Sin duda, el lugar cambia de manera radicalmente distinta cuando opera sin vehículos y cuando los tiene por doquier. Los resultados son evidentes.
la primera vez que se plantea la idea de peatonalizar el Parque de Mayo, imponiendo una restricción en el acceso vehicular o vendando el paso de automóviles en algunos sectores.
NO ES
siempre ha encontrado voces a favor y en contra, con lo cual las intervenciones fueron postergándose sin establecerse finalmente un criterio integral para el que es uno de los paseos más concurridos de la ciudad.
LA PROPUESTA
del coronavirus ha llevado al cierre del paseo durante casi noventa días y una reapertura parcial que mantuvo durante un tiempo el acceso vehicular.
LA PANDEMIA
el lugar cambia de manera radicalmente distinta cuando opera sin vehículos y cuando los tiene por doquier.
SIN DUDAS,
son evidentes y pueden observarse de inmediato.
LOS RESULTADOS
lado, por los efectos negativos que tienen los automóviles en materia ambiental, entre ruidos y contaminación, que se contraponen absolutamente con el uso recreativo y de práctica física que en teoría caracteriza al lugar.
POR UN
lado, porque existen algunas avenidas del paseo en las cuales es habitual observar exceso de velocidad, en todo tipo de vehículos, que recurren al espacio como una suerte de atajo, sin respetar las velocidades admitidas para un lugar que presenta esas características.
POR OTRO
son cada día más habituales los accidentes, a veces con choques, muchas veces por desatenciones de los conductores que terminan impactando contra árboles o parte del equipamiento urbano, causando perjuicios como mínimo económicos.
DE HECHO
es que pareciera adecuada la idea del municipio de implementar intervenciones mixtas, con obras que obliguen a circular a baja velocidad, de modo que disminuyan los riesgos apuntados, y la peatonalización de otras.
LO CIERTO
necesario potenciar el rol del caminante en el uso del lugar, atento a que el silencio y la ausencia del automóvil aumentan la sensación de bienestar que experimentan quienes se reúnen en esta clase de lugares, muchas veces precisamente escapando del ruido de la ciudad.
ADEMÁS, ES