Brasil quedó en medio de la disputa
La rápida propagación del virus, tras casi seis meses después de haber aparecido, ha incentivado a investigadores y laboratorios del mundo a acelerar el proceso para la creación de una vacuna.
La pandemia del nuevo coronavirus se encamina a los 10 millones de contagios en el planeta, con más de 500.000 fallecidos, por lo que las potencias mundiales continúan trabajando en desarrollar, junto a científicos, una vacuna, fármacos y tratamientos que puedan hacer frente de manera efectiva al Covid-19.
Dentro de este panorama, los gobiernos de varias naciones están más implicados que nunca en esta frenética búsqueda de la vacuna contra el coronavirus.
Estacompetenciainternacional, en la que se miden principalmente los grandes laboratorios (Glaxo GSK, Sanofi Pasteur, Merck, Pfizer, Johnson and Johnson y Astra Zeneca) capaces de llevar a cabo el proceso desde el descubrimiento hasta la fabricación de una vacuna, se ha convertido en un enorme reto científico.
Se trata, también, de una cuestión de nacionalismo económico. Con el fin de asegurar sus suministros, con fábricas en su territorio si es posible, y también para restaurar su imagen, a menudo empañada por sus errores en la gestión de la pandemia, los gobiernos están sacando la chequera, con la secreta esperanza de ser asociados con el fabricante que ganará esta loca carrera.
Un centenar de proyectos están en curso, pero sólo uno será el ganador, por así decirlo, el primero en ser validado. Porque en el mercado de las vacunas,
MÁS DE 100 ensayos de vacunas para el coronavirus están en desarrollo en decenas de países, que compiten por ser primeros.
hay que ser primero para ganar. Glaxo GSK y Sanofi Pasteur, por ejemplo, esperan la aprobación para mediados de 2021.
Alemania causó sensación al anunciar una participación de 300 millones de euros en el capital de la
Brasil, el país con más muertos diarios en la actualidad por coronavirus en el mundo, se transformó, también, en un teatro de operaciones de la carrera farmacológica entre laboratorios de China, Estados Unidos y Gran Bretaña para buscar una vacuna, que forma parte de un capítulo de las disputas entre el Gobierno federal del presidente Jair Bolsonaro y los gobernadores estaduales.
empresa de biotecnología CurVac.
La firma, que ya ha recibido 80 millones de euros de la Comisión Europea, se beneficiará por lo tanto de una gran cantidad de recursos para finalizar su descubrimiento. El Estado alemán
La Universidad Federal de San Pablo inició el martes pasado la aplicación en profesionales de la salud de la conocida como “la vacuna de la Universidad de Oxford” desarrollada en alianza con el laboratorio Astra Zeneca.
Detrás de este proyecto apareció, ofreciendo una fábrica express del remedio en caso de éxito, la Fundación Lemann, del magnate brasileño Jorge Paulo Lemann,
tendrá alrededor de un cuarto de las acciones de esta joven compañía.
La administración estadounidense de Donald Trump ya ha inyectado 2.000 millones de dólares en los laboratorios más avanzados, entre ellos Sanofi Pasteur,
socio del fondo de inversión que controla las multinacionales InBev y Kraft, el hombre más rico de Brasil.
Para que Brasil pueda tener disposición esa supuesta vacuna, el Gobierno necesita firmar un acuerdo con el Reino Unido, ya que Estados Unidos y una decena de países se encuentran en la fila para tener en sus laboratorios públicos la posible solución a la pandemia.
lo que causó una gran controversia en Francia cuando su director general sugirió que primero serviría al mercado estadounidense. Pero esta controversia está ahora olvidada.
China también apoya plenamenteasusinvestigadores farmacéuticos soñando con realizar un nuevo acto de diplomacia sanitaria una vez que se encuentre la vacuna. Rusia también está comprometida en esta batalla.
Francia, por su parte, está multiplicando los acuerdos para garantizar el acceso al producto. Hace dos semanas se hizo un convenio con Astra Zeneca garantizándole a París una cierta cantidad dosis. Desde abril, el Estado aumentó cautelosamente su participación.
Financiación pública
Para la vacuna, hay una multitud de coaliciones de