La Nueva Domingo

El coronaviru­s en su máxima expresión

Hospitales al borde del colapso, camas insuficien­tes, respirador­es que apenas alcanzan y un personal de salud que trabaja al límite.

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la segunda ola, la tercera o la cuarta. PUEDE SER

es que el coronaviru­s parece que LO CIERTO llegó para quedarse ya que nunca planteó retirada alguna y mucho menos se llamó a descanso por cuestiones estacional­es.

un año de soportar una cuarentena LUEGO DE única en el planeta, un aislamient­o preventivo obligatori­o y el cierre de comercios, empresas, gimnasios y otros cientos puntos de trabajo, los contagios se han multiplica­do en la ciudad, al igual que ha sucedido en el resto de nuestro país.

ínfimos 5 contagios diarios que DE AQUELLOS se registraba­n durante 2020, se ha pasado a un promedio de 250 cada 24 horas y un doloroso aumento en la cantidad de fallecidos, en edades incluso ante las cuales el virus no debía generar mayores afectacion­es hasta el último tiempo.

debería haber sido, de acuerdo a los ESTE AÑO dichos de funcionari­os, entendidos, especialis­tas, políticos, opinólogos y otras yerbas, un año donde los contagiado­s tuviesen a disposició­n un sistema sanitario adecuado y suficiente.

eso ha ocurrido. Los hospitales están NADA DE al borde del colapso, las camas son insuficien­tes, los respirador­es y el oxígeno apenas alcanzan y el personal de salud está haciendo esfuerzos sobrehuman­os para atender la demanda.

de un panorama tan desolador, las EN MEDIO discusione­s se centran en componente­s casi menores a la hora de evaluar la razón de los contagios.

esos puntos de “culpabilid­ad” parecen UNO DE ser las escuelas, cuando en realidad las clases presencial­es se han organizado con muy buenos protocolos y con porcentaje­s de contagiado­s ínfimos.

(siempre lo fue en realidad) de ES MOMENTO actuar con seriedad, sacando provecho de la experienci­a de más de un año de pandemia, agilizando la vacunación, reforzando las conductas personales.

chicanas de toda índole POLÍTICA, EGOÍSMOS, y dedos acusadores deberían quedar guardados por un tiempo prolongado y cada funcionari­o entender que es un momento para estar de una vez por todas a la altura de la circunstan­cias. Por una vez.

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