El karting de tierra, una moda que, aun en tiempos de pandemia, parece no tener techo
La Asociación Bahiense y el Superkart gozan de un fabuloso presente deportivo e institucional en nuestra región.
“Lo feo es toda esta incertidumbre que se está viviendo. Hay que ir día a día y cuidar la salud de todos. La prioridad es cuidar al piloto”.
El auge del karting regional es asombroso. Ni la pandemia parece ser obstáculo para el pleno goce de la popular convocatoria mecánica; el primer eslabón en la cadena automovilística de todo piloto.
El éxito de las dos grandes agrupaciones de nuestro medio sobre tierra, la
Asociación Bahiense de Karting (ABK) y el Superkart del Sudoeste, responde a varios factores.
Curiosamente, algunos de ellos se potenciaron con la llegada del coronavirus, algo que, a priori, representaba una seria amenaza a la integridad institucional y deportiva. Más de 250 karts listos para largar, un notable índice de renovación (pilotos y máquinas) en cada categoría; cinco circuitos a disposición y, fundamentalmente, incalculables ganas de acelerar.
“Creo que tiene mucho que ver con lo económico. Si alguien quiere correr en otra cosa es mucho más caro. El karting, en ese sentido, es bastante accesible. Dentro de todo, los gastos que implican correr se pueden solventar más o menos fácil con algunas propagandas, venta de comida o algo por estilo”, asegura Gustavo Carreño, piloto y dirigente del ABK.
No muy distinto es el pensamiento de Darío Modesti, representante del Superkart. Más allá de las naturales diferencias ideológicas (ver adelante), el también volante y directivo comprende que las dos propuestas transitan caminos deportivos similares.
Modesti concuerda con su colega en el aspecto descripto anteriormente y agrega más explicaciones al porqué del buen suceso.
“También pasó que se han sumado muchos pilotos que no pueden correr en sus categorías por esto de la pandemia; como por ejemplo algunos midgistas (Roy Altamirano y Luciano Benedetti, entre otros). Asimismo, muchos andaban con ganas de sumarse antes del coronavirus, y en plena pandemia se animaron a competir por primera vez con el fin de encontrar un cable a tierra y la forma de despuntar el vicio”, aseveró.
Eso último que se destaca sirve como disparador para desarrollar otra de las bondades de la actividad: la diversidad en su más amplia expresión.
Por ejemplo, las edades, los objetivos y la esencia de los pilotos.
“Como diversión es algo incomparable, al margen de los resultados y las amarguras lógicas de las carreras. En su momento compré un karting para girar y divertirme. Me atrapó tanto que terminé haciendo la licencia y corriendo. Además, el karting es una enorme escuela de pilotos.
Si te fijás hay nombres fijos, algunos que corren salteado y otros que lo usan para mantenerse en forma para otras categorías", cuenta Carreño.
La paridad del espectáculo es tal que cualquiera estará a la altura de triunfar o competir de igual a igual con otro piloto, sin distinción de clase u objetivos.
“Me pasó con un conocido al que le voy a comprar hace tiempo a su despensa que me pidió ir a una carrera para conocer. Lo invité e inmediatamente se embaló y averiguó para comprar y empezar. Algo parecido sucedió con nosotros en su momento. El karting está al alcance para cualquiera, y además atrapa a gente que no es del palo, que rápidamente se inicia y le agarra la mano”, destaca Modesti.
Los dolores de cabeza
No todas son cartas ganadoras. Siempre habrá que lidiar ante contratiempos, además del factor climático.
Más en un contexto semejante, con el delicado trance sanitario que debemos afrontar con la segunda ola de coronavirus.
“Estamos todo el tiempo cortando clavos con las restricciones y los permisos. Hoy por hoy la próxima fecha (en principio, el 24 del corriente en Pringles) está vigente. Pero capaz mañana, a esta misma hora, está suspendida. Esa incertidumbre es espantosa. Por otro lado, la repercusión en lo económico no creo que haya sido demasiado. Los pilotos tienen un monto fijo por fecha que no sufrió aumento”, resalta Carreño.
"Lo feo es toda esta incertidumbre que se está viviendo. El último domingo que corrimos tuvimos que esperar para confirmar la fecha el viernes anterior, luego del discurso del presidente. Los autos están, pero las condiciones son desfavorables. Hay que ir día a día y priorizar la salud de todos. Eso se habló y consensuó con dirigentes y pilotos. Como comisión, nuestra prioridad es la integridad del piloto", cerró Modesti.
Aprender a convivir
Las rispideces quedaron atrás. Podrá haber diferentes conceptos y apreciaciones de la competición, pero el objetivo final del ABK y el Superkart es el mismo.
"Siempre hay comunicación por temas organizativos. Las discrepancias van a existir porque vamos por caminos distintos, pero ambas trabajamos con el mismo objetivo, que es cuidar al piloto", asegura Darío Modesti.
"Asimismo--agrega Carreño--juntar ambas sería imposible. Por eso creemos que somos necesarias y que así estamos bien".