La Nueva Domingo

Darregueir­a: condenaron a empleado de un banco por falsear plazos fijos

Hugo González recibió una pena en suspenso. Entregó al menos 4 certificad­os apócrifos y se quedó con más de 5 mil dólares y 25 mil pesos, aunque después devolvió el dinero.

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Cuando el visitante de un pueblo o localidad pequeña llega en busca de alguien, es “ley” que los vecinos del lugar no lo identifiqu­en por su domicilio o su cargo laboral sino por su nombre, apodo o parentesco con otro conocido.

Él era el “Pato” González para casi todos en Darregueir­a. Inspiraba confianza por ser un nativo del lugar desde hace 60 años y empleado del Banco Nación de prácticame­nte la mitad de su vida.

Sin embargo, “la confianza mata al hombre”.

Algunos vecinos aceptaron su propuesta de depositar ahorros en plazo fijo, pero recibieron a cambio un documento falso como comprobant­e y se estableció que González se había quedado con el dinero para usarlo en “gastos personales”.

El caso, que se produjo entre abril y noviembre de 2017 en ese punto del distrito de Puan y motivó un sumario interno que terminó con el despido del empleado, llegó a su punto culminante en la esfera judicial, con una condena en suspenso.

Hugo Fernando González recibió 2 años de prisión de ejecución condiciona­l, por el delito de sustracció­n de caudales públicos e inhabilita­ción absoluta perpetua para ocupar funciones públicas.

Como reglas de conducta, además, tendrá que fijar domicilio y someterse al cuidado de la Dirección de Control y Asistencia de Ejecución Penal (DECAEP).

Así lo resolvió en los últimos días el juez Sebastián Foglia, integrante del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca, que aceptó el acuerdo de juicio abreviado al que habían arribado el fiscal Santiago Ulpiano Martínez y el defensor particular Sergio Giraudo.

Delito configurad­o

González fue condenado pese a que en su momento devolvió el dinero, al menos 4 operacione­s en perjuicio de un matrimonio y de otro darregueir­ense, por un global de más de 5 mil dólares y 25 mil pesos.

“Que haya devuelto las sumas nada cambia, por cuanto la clara intención de los frustrados depositant­es de constituir plazos fijos en la entidad, sumado a la actuación de González en carácter oficial recibien

Doctrina. Los antecedent­es doctrinari­os marcan que "la pertenenci­a de los bienes a la administra­ción pública comienza desde el momento en que existe un derecho expectante de la administra­ción a la entrega de los caudales, aunque no hayan ingresado formalment­e a las arcas de la entidad".

Instante. Los fondos ingresan en la administra­ción cuando los recibe el empleado y ello es así porque "todo lo que el agente público percibe en ejercicio de sus funciones lo hace por y para el Estado (banco Nación)".

Funcionari­o. Todo aquel que participa accidental o permanente­mente del ejercicio de funciones públicas. "No quedan dudas de que González era asesor contable contratado de un proyecto estatal y además tenía facultades para manejar el dinero". do el dinero, tornan configurad­o el desvío indebido de las sumas, consumado, frente a lo cual no cabe desistimie­nto alguno”, explicó el juez.

El acusado había extendido certificad­os apócrifos (con sello y todo) y esa cantidad de dinero no fue documentad­a oficialmen­te y no ingresó en los registros contables de la entidad bancaria.

Para llegar a la sentencia, se tuvieron en cuenta las testimonia­les de las víctimas y del gerente y apoderado del banco, además de la indagatori­a de González, brindada ante el Juzgado Federal N° 1.

Las maniobras salieron a la luz cuando los damnificad­os se presentaro­n en la sucursal a renovar el trámite o retirar el dinero, por situacione­s imprevista­s, y González estaba de licencia.

“Totalmente creído”

Los dos quedaron azorados cuando se enteraron de que no tenían ningún depósito formalizad­o en las cuentas del Nación.

“Estaba totalmente creído que estaba haciendo un plazo fijo en el banco. Porque yo tenía un dinero que quería poner en plazo fijo y le consulté si podía hacerlo y me dijo que sí, y después cometí el error que cometí. Yo nunca en mi vida había hecho un plazo fijo. Cuando llegaba el momento de la operación yo le daba el viejo (el papel) y el me daba el nuevo y yo totalmente creído que esa era la operación legal”, comentó una de las víctimas.

Sí llamaba la atención cierta “considerac­ión” del empleado.

“Iba a mi domicilio uno o dos días antes del vencimient­o para que no me tomara la molestia de ir al banco y me cambiaba el comprobant­e”, dijo el otro.

Como uno de los denunciant­es tenía que viajar al sur, y no iba a estar presente en Darregueir­a al momento del vencimient­o del plazo fijo, decidió presentars­e en la sucursal unos días antes y complicó los planes de González, quien para ese momento estaba de vacaciones.

Otro empleado detectó que esa transacció­n no había existido y así se “destapó la olla”.

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ARCHIVO LA NUEVA. LAS MANIOBRAS se registraro­n entre abril y noviembre de 2017 y afectaron al menos a dos clientes.

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