Cada 1.000 toneladas, U$S 250.000 más aportará el trigo
“Hay aspectos de la aplicación de tecnología que siguen mejorando, en especial los relacionados a la agricultura de conservación”, afirmó Gayo.
mercados de trigo y cebada muestran oportunidades, con aumento de precios y volúmenes de consumo y comercio récord a nivel mundial.
“Argentina está ante la posibilidad de tener una nueva campaña con crecimiento del área, la producción y las exportaciones, con los cultivos de invierno jugando un destacado papel”, afirmó Costa.
En los cultivos de invierno, resulta clave un buen perfil de humedad en el suelo a la hora de la siembra. En este, ya parecen estar dadas las condiciones para empezar con el pie derecho en razón de las últimas precipitaciones en áreas clave.
En este sentido, el Ing. Agr. Eduardo Sierra, especialista en Agroclimatología, de la FAUBA, destacó un mejor contexto climático en comparación al ciclo previo.
“Se inicia una nueva campaña para los cereales de invierno, presentando una favorable condición hídrica a lo largo de la región agrícola, situación que perduraría durante la ventana de siembra y las etapas vegetativas del trigo y la cebada”, indicó.
“Sin embargo, durante la primavera, momento en el cual comenzamos a transitar etapas reproductivas críticas para la formación del rinde, podrían registrarse deficiencias hídricas en sectores del centro de la región agrícola, mientras que el norte y el sur mantendrían un favorable panorama climático”, añadió.
En tal sentido, esta cobertura estaría prevista para el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, donde se siembra una parte significativa de la cebada, especialmente, y del trigo de nuestro país.
Durante el encuentro internacional virtual de cebada, que organizó la Bolsa
“Por segundo año consecutivo, estamos frente a la oportunidad histórica de aumentar la producción de trigo. Es posible superar las 21 millones de toneladas y consolidar un virtuoso proceso de crecimiento productivo e inserción en los mercados internacionales, y hacerlo protegiendo el medio ambiente y bajo las buenas prácticas agroindustriales”.
Lo aseguró Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores, en la apertura de A todo trigo, desarrollado bajo el lema #CrecerEsElCamino.
“Cada 1.000 toneladas adicionales que podamos sumar a la cosecha, entrarán 250.000 dólares más a las reservas del Banco Central de la República Argentina”, agregó.
“Vivimos en un país que nos duele: nos duele el aumento de la indigencia que llegó a los 2 dígitos; que el 60 % de los chicos estén por debajo del nivel de pobreza; el 42 % de pobreza general y el éxodo de compatriotas que buscan otros destinos”, describió Rivara, antes de concluir: “Por eso para la agroindustria argentina no sólo es una oportunidad: es un deber producir y exportar más”. de Cereales de Bahía Blanca, el asesor privado y especialista del cultivo, Mario Cattáneo, dijo que el incremento del área está directamente relacionado con la adopción de nuevas tecnologías; incluso, más que en el caso del trigo.
“La cebada es innovadora porque se ha ido adaptando a las nuevas tecnologías”, comentó.
“Posee la opción de variedades y el salto en rendimiento se ha producido también por cambios en la genética”, afirmó el Ing. Cattáneo, en Cebar 2021.
De las 4,6 millones de toneladas que se aguardan para la campaña 2021/22, unas 1,5 M/T irán a la exportación como cebada forrajera y otras 1,1 M/T en calidad de malta. Justamente, en malta la Argentina tiene una gran dependencia de Brasil, en tanto que la cebada forrajera va a Medio Oriente y, últimamente, a China.
En este sentido, nuestro país podrá aprovechar una barrera arancelaria del 80,5 % que el país asiático le impuso —en esta misma campaña de granos— a su principal proveedor, Australia, para los venideros cinco años.
En cuanto a la capacidad maltera, en Rosario es de 320.000 toneladas; en Tres Arroyos, 220.000; en Puan, 210.000 y en Bahía Blanca, 120.000.
A la hora de la comercialización para los dos cultivos de fina, las referencias son de un trigo —a enero 2022— de entre U$S 185/190 por tonelada; una cebada maltera de entre U$S 210/215 y una cebada forrajera a U$S 190/195.
Nelson Illescas, director de la Fundación INAI, señaló que, en ámbitos internacionales, así como a nivel regional o local, están sucediendo una serie de eventos, políticas y regulaciones siempre con foco en la sustentabilidad y con un fuerte impacto sobre el sector.
“En la escena internacional, es de resaltar como otro desafío a la pérdida de relevancia de los grandes acuerdos de comercio, como la OMC e, incluso, el Mercosur, y la vuelta a un bilateralismo, que ha potenciado conflictos comerciales entre los países”, dijo.