La Nueva Domingo

Alberto Marino, la voz de oro del tango

Un cantor finísimo, con registro de tenor que poseía gran caudal de voz, pero simultánea­mente dulce y cristalina.

- José Valle Especial para “La Nueva.”

MURIÓ EL 21 DE JUNIO DE 1989 A LOS 66 AÑOS

Siempre decía que cantar en Bahía Blanca era muy importante, que el público bahiense era de “paladar negro”, que conocía mucho de tango, que tenía mucha historia; “nacieron allí Carlos Di Sarli, el mejor pianista de la historia, Armando Lacava, Augusto Berto, Marambio Catán, ese cantorazo que es Roberto Achával”, sin embargo Marino actuó en reiteradas oportunida­des en la ciudad.

Lo conocí allá por 1985, me lo presentó el flaco Alberto Morán en la histórica pizzería Yatasto de Av. San Martín y Alvarez Jonte. Marino había sido uno los cantores emblemátic­os de la orquesta del gordo Troilo, ¡para mí era tocar el cielo con las manos! debido a mi admiración por Pichuco, tener cara a cara a un mito viviente como el “Tano”, era el sueño del pibe.

Lo volví a ver tres o cuatro veces más, siempre fue muy atento conmigo.

Lo pude ver y escuchar cantar, acompañado por

los recordados actores Eduardo Rudy y Rolando Chaves (que también fue un eximio cantante), en el mítico Bar El Preferido, que estaba en la esquina de Borges y Guatemala, del porteñísim­o Barrio de Palermo, en un evento en que le rendían homenaje a tres ídolos de River, cuadro del que Marino era fanático: Adolfo Pedernera, Néstor Raúl Rossi y Félix Loustau. Lo acompañaba­n un bandoneoni­sta gordo y un violero, interpretó magistralm­ente Café de los Angelitos, Tres amigos, Fuimos, Venganza, María, Naipe, Cuando tallan los recuerdos y La vi llegar.

Había nacido como Vicente Alberto Marinaro el 26 de abril de 1923 en Verona, ciudad de la región de Véneto en el norte de Italia. A los pocos años, se radica con sus padres, Ángel y Ángela Musso (ambos cantantes líricos), y sus cinco 5 hermanos -Carmela, Dina, Flora, Nina y Gino- en el norte Argentino, más precisamen­te en Salta, donde su abuelo tenía minas de carbón.

La familia no se adaptó al norte y al poco tiempo se radicó en el Barrio de Palermo, en Buenos Aires.

De joven estudió canto con el maestro Eduardo

Bonessi -el profesor de canto de Gardel- y debutó en el año 1939 con la orquesta de Emilio Balcarce en Radio Broadcasti­ng La Nación (hoy Mitre) con el seudónimo de Alberto De Mari. Luego se integró a varias orquestas de jóvenes, como la de Fortunato Martino, Luis Moresco y la del bandeononi­sta Emilio Orlando; con este último actuó en el Alvear Palace Hotel del barrio de La Recoleta junto a Roberto Rufino.

Fue un profundo admirador del Zorzal Criollo, Carlos Gardel, y del Gallego Antonio Rodríguez Lesende, de quien dice haber aprendido los yeites del gotán.

Aníbal Troilo lo escuchó cantar en el legendario salón Palermo Palace, que se

ubicaba en la calle Godoy Cruz entre Santa Fe y Cerviño, y decidió contratarl­o de inmediato como segundo cantor, ya que en su orquesta brillaba el consagrado Francisco Fiorentino.

Debutó el 5 de abril de 1942, en el cabaret Tibidabo -de calle Corrientes entre Talcahuano y Libertadco­n un éxito rotundo.

Sus versiones grabadas

de temas como Tres amigos, Fuimos, Tal vez será su voz, Cuando tallan los recuerdos, Farolito de papel, La vi llegar o Copas, amigos y besos, son auténticas joyas del tango.

Permaneció cinco años más con Pichuco, hasta comienzos de 1947.

El violinista Alfredo Gobbi lo bautizó como “La voz de oro del tango”.

Un cantor finísimo, con registro de tenor, dicción perfecta, circunspec­to, poseía un gran caudal de voz, pero de manera simultánea dulce y cristalina.

A partir del año 1947 comenzó su carrera como solista, lo acompañaro­n musicalmen­te en distintas etapas el bandoneoni­sta Enrique Alessio, luego el pianista, bandoneoni­sta, director, compositor y arreglador Héctor Artola, posteriorm­ente el guitarrist­a Roberto Grela.

En 1967 grabó con la orquesta de Miguel Caló “Cafetín de Buenos Aires”, “Tu piel de jazmín” y “Cuando caigan las hojas”, entre otros temas. Y al año siguiente, con Armando Pontier “Donde quiera que estés”, “En las sombras”, “Seguime corazón” y “Y no pude ser”.

Realizó importante­s giras por México, Perú, Colombia, Venezuela, Brasil y EEUU, donde actuó con Osvaldo Tarantino y a Japón, con Héctor Varela.

Participó en programas de TV y efectuó shows en los principale­s locales nocturnos tangueros del país.

Estaba casado con Irma "Pirula" Argentina Galván, quien murió en un accidente automovilí­stico al volcar el Dodge 1500 conducido por el cantor (el 11 de enero de 1972, a la altura de Coronel Brandsen). Este hecho afectó mucho su vida, con ella tuvo dos hijos Claudia Analía y Carlos Alberto.

Alberto Marino fue uno los cantores emblemátic­os de la orquesta del gordo Aníbal Troilo.

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ARCHIVO LA NUEVA.
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