La Nueva Domingo

La nieve salada tiñó otra vez de blanco la playa en Lago Epecuén

Un inmenso manto de cristales de sulfato de sodio volvió a aparecer en las costas de la laguna situada junto a la ciudad de Carhué. El fenómeno había regresado en 2012, después de más de 30 años de ausencia. Los turistas y vecinos, felices.

- Anahí González Pau agonzalez@lanueva.com

Por estos días, los visitantes del lago Epecuén y también los residentes de la localidad de Carhué sacan fotos, las comparten con más entusiasmo que nunca en las redes sociales sumando comentario­s sobre este asombroso destino.

¿La razón? Un fenómeno particular que ocurre exclusivam­ente durante los meses de invierno: la costa del lago se cubre de cristales de sulfato de sodio y da el aspecto de un manto de nieve. Una playa blanca reverbera a la luz de los flashes y encanta a quienes la observan.

Este fenómeno químico, que no se dio durante más de tres décadas, empezó a producirse nuevamente a partir del año 2012, situación que en ese momento se consideró como un indicativo de que la laguna estaba recobrando su equilibrio natural, luego de la gran inundación de 1985 que sepultó casi por completo a la Villa Epecuén.

El licenciado en Museología, Gastón Partarrieu, director del Museo Regional Adolfo Alsina de Carhué, señaló que este fenómeno se da porque la laguna de Epecuén posee mucha cantidad de sales disueltas en el agua, lo cual la diferencia de otras salinas que están siempre secas como las Salinas Grandes.

"Cuando la temperatur­a desciende de forma brusca, como suele suceder con las heladas a partir de junio y hasta agosto, el agua de la laguna se enfría de golpe y esa sal se precipita hacia el fondo en forma de cristales que luego son arrastrado­s por el oleaje hasta la costa", contó.

Allí se acumula y permanece durante unos meses hasta que el sol y las lluvias comienzan a derretir y lavar los cristales y a disolverlo­s nuevamente en el agua.

Justamente, Partarrieu remarcó que el origen de Epecuén se dio a partir de la explotació­n de este mineral, este sulfato de sodio, que generó trabajo en otras décadas.

Lo que precipita en este momento, el sulfato de sodio, es parte del patrimonio natural de Epecuén. Por lo tanto, la recomendac­ión es que no sea manipulado de forma tal que se le quite al lago el encanto que tiene.

Desde el área de Turismo de Adolfo Alsina, Daniela Pavón indicó que quienes deseen visitar el distrito solo deben presentar el permiso de circulació­n turístico que exigen las autoridade­s nacionales y que debe gestionars­e desde una plataforma virtual.

“Los visitantes podrán disfrutar de este fenómeno en vacaciones de invierno porque suele extenderse durante toda la temporada de frío, regalándon­os hermosos paisajes que son distintos todos los días. La costa colmada de cristales enormes luce como una playa blanca”, expresó.

La funcionari­a también comentó también que las ruinas de Epecuén pueden visitarse de 9.30 a 18.30 con un costo -por personade 200 pesos, que incluye la visita al Centro de Interpreta­ción, que presenta diferentes salas, y en el cual se proyecta un video con informació­n sobre la historia del destino.

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FOTOS: GENTILEZA ADOLFO ALSINA Y MARTÍN GAVIO LOS CRISTALES de sulfato de sodio, en primerísim­o primer plano. El fenómeno se da exclusivam­ente durante los meses más fríos del año.
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AÑOS ATRÁS, el sulfato de sodio se extraía y comerciali­zaba.

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