La pandemia, esa amenaza que sigue presente
En nuestra ciudad la vacunación sigue un ritmo interesante, aunque lejos de la cantidad que los especialistas consideran necesaria.
NO TERMINA
de irse la segunda ola y ya se anuncia la llegada de la tercera, con nuevas cepas peligrosas, nuevos contagios y más letalidad.
EL CORONAVIRUS
parece no tener freno y ha derribado las expectativas de los más optimistas en relación a su término.
MIENTRAS EN
algunos países del primer mundo se ha comenzado a dejar de lado el uso del barbijo, lo cual conforma una señal alentadora, la realidad indica que se permite no usarlo en espacios abiertos y manteniendo la distancia de dos metros entre las personas. Nada más.
EL HECHO
es alentador a medias, ya que sigue siendo fundamental cumplir con los protocolos que rigen desde el inicio de la pandemia, para evitar contagios y la propagación del virus.
EN NUESTRA
ciudad la vacunación sigue un ritmo interesante, aunque lejos de acercarse a la cantidad que los especialistas consideran necesaria para pensar en una posible inmunidad.
DE HECHO,
se ha complicado la llegada de las segundas dosis en algunas de las vacunas y los estudiosos todavía no concuerdan hasta cuándo se puede espaciar la primera de la segunda aplicación o si se pueden combinar vacunas de distintos fabricantes.
POR OTRA
parte, ya no es delicado el contagio para los mayores de sesenta años o para quienes tengan algunas enfermedades en particular.
HAN FALLECIDO
personas de distintas edades, sanas y sin riesgo aparente.
LO ÚNICO
cierto es que hay que seguir cumpliendo con los protocolos, evitando aglomeraciones, sitios concurridos y todo lo que pueda alentar el contagio.
TODO ESO
sin ignorar la necesidad de retomar cierta normalidad que permita trabajar, educar, sociabilizar y desarrollar actividades básicas para la vida.
LA SALUD
de los argentinos está en juego en ambos extremos.
CON EL
virus que ha reconvertido al planeta en otra modalidad, y con el aislamiento y la incertidumbre que generan otras enfermedades no menos riesgosas.