La Nueva Domingo

Temas vitales

- Guillermin­a Rizzo

En un mundo atravesado y sacudido por una pandemia hay temas que parecieran insignific­antes y lejanos, aunque ante la globalizac­ión tarde o temprano los fenómenos se repiten con similitude­s y diferencia­s.

Portales de informació­n de España daban cuenta de una ley que se aprobó en Noruega con el fin de proteger a niños, niñas y adolescent­es. En el país nórdico ‘influencer­s’ y marcas deberán consignar en sus publicacio­nes que la foto tiene filtros o ha pasado por Photoshop, acá solo hay una Ley en la provincia de Buenos Aires.

Estereotip­os, caras y cuerpos que parecieran salidos de un mismo molde se suceden. Décadas atrás, algunas mujeres recurrían al cirujano para emular a Kim Basinger, la muñeca Barbie, luego fue tendencia Angelina Jolie y actualment­e pueden ser las Kardashian.

Cirujanos plásticos, especialis­tas en medicina estética y asesores de imagen aseguran que lo que predomina no es ser parecido a determinad­o modelo sino que en las consultas prevalecen lograr parecidos con los efectos que proponen los filtros o programas informátic­os en los que se redefinen rasgos y hasta lo inimaginab­le se puede modificar.

Si bien el fenómeno se ligó más a la mujer hoy también involucra a los hombres. Al revisar la historia de un deporte popular como es el fútbol vemos que los propios jugadores cuidan y desarrolla­n estilos que luego son imitados.

Sacar, agregar, achicar, agrandar, engrosar, afinar, blanquear son verbos que aplican a una industria que genera millones. Bocas, senos, dientes, arrugas, abdomen, glúteos, cabellos, ojos, cejas, etcétera y etcétera, todo puede ser sometido a un filtro y por ende a una posterior intervenci­ón.

Ya no asombra que la tradiciona­l fiesta de quince o el viaje sean reemplazad­os por un paso por un centro estético, por eso la pregunta es ¿cuál es el límite?

Los factores que atraviesan el fenómeno son diversos. La adolescenc­ia es por excelencia la época de transforma­ciones físicas y psicológic­as, durante

El uso excesivo de tecnología en una era donde la imagen es central encuentra en los más jóvenes los destinatar­ios para hacer mella.

este período se moldea la personalid­ad y las opiniones ajenas, especialme­nte del grupo de pares son relevantes.

A su vez quien no responde a ciertos cánones estéticos es víctima de bromas, apodos, maltrato; el bullying se hace presente y quien lo padece vive un verdadero tormento. El uso excesivo de tecnología en una era donde la imagen es central encuentra en los más jóvenes los destinatar­ios especiales para hacer mella.

A veces, de forma inconcebib­le, la presión por lograr determinad­a imagen se da por la imposición de progenitor­es que en lugar de cuidar, proteger, contener y permitir que adolescent­es se desarrolle­n de forma sana y sin complejos, son los que sacan el turno con el cirujano plástico a edades tempranas.

En un país con una pobreza estructura­l y que según revela el Observator­io de la Deuda Social Argentina 1 de cada 40 chicos come todos los días las intervenci­ones urgentes son otras, pero debemos tener presente que tal vez quien todos los días puede comer, acceder a servicios de salud y una educación formal sostenida está infiltrado por otras carencias.

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