La Casa Pagano, en venta
Hace 48 años, en julio de 1973, salió a la venta el llamado Palacete Pagano, ubicado en Alsina 379, una de las viviendas más atractivas del centro de la ciudad.
El nombre del inmueble derivaba de quien fuera su hacedor, el constructor y propietario, Nicolás Pagano (1872-1932), uno de los principales protagonistas de la construcción local.
Su firma está en obras emblemáticas como el Palacio Municipal, el club Argentino, el ex hotel Sudamericano (Brown y avenida Colón), el Palacio de los Vascos (Brown y Villarino) y la actual sede de la Sociedad Sportiva (Witcomb y Florida), entre tantísimas obras, muchas de ellas en sociedad con su hermano, Gerardo.
Su casa-estudio de calle Alsina data de 1911 y fue diseñada por el arquitecto Alberto Coni Molina, el mismo que proyectó el club Argentino y el ya demolido palacete de la firma Bermudez y Olaciregui en calle Donado, con líneas historicistas, con detalles barrocos y una clara influencia francesa materializada en sus techos tipo mansarda.
En 1973, luego de ser ocupado por la delegación de Aguas Corrientes, salió a la venta a cargo de Macagno Carlos y Mario Oscar, con una base de 320 mil pesos (32 mil dólares de la época), con 700 m2 cubiertos, un frente de 13,95 sobre Alsina y salida de tres metros por Dorrego.
Un año después la casona quedó escondida detrás de una vestimenta de castillo medieval para dar lugar al boliche bailable Brancaleone.
Así sobrevivió hasta iniciados los 80, finalmente adquirida la propiedad por inversores para levantar un edificio en altura.
La última página de esta historia se escribió en 1984, cuando se concretó su demolición.
Una referencia colocada hace pocos años en la vereda da cuenta del funcionamiento en el lugar de Brancaleone, pero nada dice de la belleza primera del palacete Pagano.
OTRAS VOCES.