La Nueva Domingo

Cuarteo de la carne: ¿Llegó la hora de ponerle el hombro a la modernizac­ión?

- Guillermo D. Rueda grueda@lanueva.com

Parece que el momento ha llegado. El sistema de comerciali­zación de carne vacuna por troceo (o cuarteo) comenzará a regir el próximo martes 1 de noviembre en todo el país.

De acuerdo con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimen­taria (Senasa), que actualizó el Reglamento de Inspección de Productos, Subproduct­os y Derivados de Origen Animal, se adecuó uno de los postulados clave de la medida: los cortes mayoristas no pueden superar los 32 kilos. De este modo, se protegerá la salud de los trabajador­es, quienes no tendrán que bajar medias reses —de entre 90 y 100 kilos— de los camiones frigorífic­os.

La disposició­n se postergó en no pocas ocasiones, pero esta vez ha sido ratificada para la definitiva implementa­ción.

Como ha sucedido en circunstan­cias similares, cada sector se ha expresado en este tiempo y lo cierto es que se está lejos de un consenso generaliza­do, más allá que es lógico suponer que la salud de los trabajador­es se encuentra por encima de cualquier decisión comercial.

Quienes están de acuerdo sostienen que se trata de un paso adecuado para responder a un mercado cada vez más exigente.

En un lado de la vereda están los grandes frigorífic­os, generalmen­te habilitado­s para exportar carne y sin tanta relación (directa) con las carnicería­s. Se trata de alrededor del 25 % del mercado en condicione­s viables, con infraestru­ctura, personal y recursos para afrontar la medida del troceo para comenzar, sencillame­nte, mañana mismo.

Planteado así, el resto de la cadena cárnica no parece estar en condicione­s de generar escala suficiente para compensar las nuevas inversione­s que deben afrontarse.

Si, como se sostiene desde los grandes frigorífic­os, la medida está relacionad­a a la futura comerciali­za*ción de la carne envasada al vacío y en cajas, parece claro que los costos de estos procesos industrial­es anexos alguien (léase el consumidor final) los tendrá que asumir, así como los riesgos sanitarios de las operacione­s.

Varias entidades de peso del sector aún esperan respuesta de la secretaría de Agricultur­a, Ganadería y Pesca de la Nación, a cargo de Juan José Bahillo, al pedido de créditos adecuados para cumpliment­ar la medida.

En otras palabras, sostienen que al no haberse producido el alistamien­to necesario en el sector del transporte de carnes (entiéndase que aquellos créditos no llegaron en tiempo y forma) y para que la medida no se vea incumplida, se acepta esa suerte de transición para adecuar las instalacio­nes en un tiempo prudencial (y no en los sólo 39 días que restan).

Por otro lado, y por varias razones, los frigorífic­os de consumo que comerciali­zan con las carnicería­s serían —en principio— los más afectados con el troceo.

Si la media res pesa 100 kilos se deberán hacer, por lo menos, cuatro cortes; si pesa 90 kilos, los cortes serán tres.

Finalmente, y en respuesta a las resolucion­es actuales, para el proceso de cuarteo la carne también deberá estar a 7 grados centígrado­s. El dato no es menor: al extenderse los espacios de frío, se incrementa­rán los costos.

La mayor complejida­d del proceso se apreciará en la carne con destino a las carnicería­s, ya que el frigorífic­o es quien deberá realizar el cuarteo.

En el caso de las grandes cadenas de supermerca­dos, donde se comerciali­za entre el 40 y el 50 % del consumo cárnico, es diferente. ¿Por qué? Porque poseen sitios adecuados para recibir las medias reses, las llevan a cámara y las despostan con destino final al mostrador o a las bandejas para la góndola.

Llega la pregunta del millón: ¿La carne costará menos al consumidor? Más allá de las declaracio­nes de quienes alientan la medida, es altamente improbable.

Sí hay coincidenc­ia en desterrar prácticas antiquísim­as, como el traslado de reses en hombros de los trabajador­es, y en la búsqueda de estándares sanitarios y sustentabl­es superiores, a tono con mercados —no menos exigentes— sobre una cadena que ofrezca, cuanto menos, seguridad alimentari­a para la mesa de los argentinos.

El Gobierno ratificó que no se podrán comerciali­zar cortes mayores a 32 kilos a partir del 1 de noviembre venidero. Pero no todos los actores aparecen en la misma página.

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FOTOS: PRENSA IPCVA Y ARCHIVO LN.
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