La protagonista y el personaje
Al respecto, Blanchett comentó que “con mucha frecuencia, las mujeres directoras de orquesta obtienen piezas de cámara, pero no las grandes, y eso la agota”.
“Ella se encuentra tomando decisiones poco acertadas debido al agotamiento que siente ante estos procesos sistémicos”.
“Como mujer, te subís al podio y un cierto porcentaje de tu atención tiene que estimular el hecho político de que estás parada allí, siendo una mujer”.
“Por fuera de cualquier posicionamiento, se trata de alguien que se mueve en su metié con lógicas dificultades”. capaz de dominar matices y emociones con la exageración justa para no caer en el inverosímil.
Justamente, si existía requisito para liderar esta propuesta, era la elección ideal: en la pantalla, trae a la vida a Lydia Tár, una de las pocas y más célebres directoras de orquesta del mundo, que aunque se encuentra en la cúspide de su trayectoria, pronto verá cómo todo su estatus se desintegra en un contexto contemporáneo marcado por los debates sobre la deconstrucción de género y sexual.
Esquivando los encasillamientos por identificarse como mujer lesbiana en ese selectivo y competitivo universo de la música académica, ella se constituye como una suerte de mito en lo suyo.
Determinada y admirada, pero sobre todo sobresaliente en su disciplina, el personaje tiene tanto las características que podrían aplicársele desde el imaginario popular a una contraparte varón como a las que se le adjudican comúnmente al estereotipo de “profesional empoderada en la actualidad.
Además de la candidatura para Blanchett, el film valió otras cinco candidaturas a los Oscar, a Mejor película, dirección, guión original, fotografía y edición.