La Nueva Domingo

Todos los huevos en la misma canasta: Argentina ya es el cuarto consumidor del mundo

- Guillermo D. Rueda grueda@lanueva.com

El consumo de huevos en la Argentina (que venía en alza) ratificó en 2022 un posicionam­iento particular: ya es considerad­o el cuarto país en el mundo detrás de México, Japón y Colombia.

De acuerdo con los datos oficiales de la Cámara Argentina de Productore­s Avícolas (Capia), el crecimient­o respecto del año 2021 fue de 5,16 %. Otra referencia: en el año 2019 se consumiero­n 284; y hace 15 años sólo 129. Las cifras impresiona­n.

Así entonces, se concluye que los argentinos consumimos 314 unidades por cápita por año; es decir, poco menos de un huevo por día. Más allá de la estadístic­a, la pregunta surge en forma natural: ¿Es bueno o es malo? La respuesta tiene aristas diferentes en relación a la perspectiv­a según se mire.

“Es un reconocimi­ento a un trabajo incesante de los últimos 15 años para impulsar el crecimient­o sostenido del consumo de un alimento clave para los argentinos. Y están comprobado­s los beneficios para la salud humana”, dijo Javier César Prida, presidente de la Capia desde 2012.

“Además, se produce respetando todas las regulacion­es y recomendac­iones establecid­as a nivel global, y siempre haciendo foco y cuidado en el medio ambiente. ¿La clave del crecimient­o? Muchas campañas y una permanente difusión. La gente ha tomado conciencia de que se trata de una proteína animal versátil, de buena calidad, accesible y económica”, añadió Prida en avinews.com

En el año 2022, el mayor consumo fue acompañado por un crecimient­o del 8,68 % (interanual) en la producción hasta llegar a las 15.291.599.080 unidades. Esto se explica en el incremento del número de aves en postura (del 8,46 %) respecto del último año para alcanzar los 51,6 millones de animales.

En el desglose, el 96,8 % del total de huevos (unos 14.603.500.000) fueron con destino al mercado interno.

Por su parte, el restante 3,2 % (688.099.080 unidades) se exportó. Este dato no es menor: acá se produjo un aumento (interanual) del 17 %, para más de 50 mercados internacio­nales que, aún hoy, permanecen activos. Los más demandante­s son Japón, Alemania, Austria, Rusia, Cuba, Chile y Ecuador, así como asoman otros exóticos como Vietnam, Bangladesh, Mauritania, Mozambique y Botsuana.

Como una parte sustancial de la cadena avícola, en 2022 la industria consumió 1,5 millones de toneladas de maíz y unas 500.000 Tns. de soja. ¿Fuentes laborales? Unas 18.000 personas en forma directa y otras 12.000 de manera indirecta.

Yendo a lo nutriciona­l, y otras cuestiones también relacionad­as respecto de lo que ofrece el producto, para Milva Bahntje, licenciada en Nutrición por la Universida­d Católica Argentina de La Plata (MP 4973), existe una inequívoca relación con lo económico en cuanto al incremento del consumo de huevo.

“Un kilo de asado, por ejemplo, cuesta alrededor de 1.900 pesos, cuando un maple de huevos (de 30 unidades) tiene un costo de $ 900. Así entonces, una porción de 100 gramos de carne nos saldría $ 190 y, tres huevos, $ 90”, calculó.

“La diferencia económica es sustancial y la realidad es que en 100 gramos de carne obtenemos aproximada­mente 20 gramos de proteínas y en 3 huevos 18 gramos de proteínas, ambas de alto valor biológico, por lo que supone un ahorro. Si bien es un alimento muy distinto, aporta un buen consumo de proteínas. A su vez, un huevo en un revuelto se cocina en 3 minutos o, en un hervor, llevará unos minutos más, pero la cocción de la carne implica un tiempo superior que supone un gasto superior”, explicó.

La profesiona­l bahiense también dijo que es creciente la tendencia de población vegetarian­a.

“Las personas que consumen huevo serían ovovegetar­ianas y, si consumen también lácteos, serían ovolactove­getarianas. Al no incorporar ninguna carne, estas personas consumen tres huevos por día, y a veces más, ya que no reciben grasas saturadas del consumo cárnico, siempre teniendo en cuenta que lleven un plan alimentari­o variado de origen vegetal más huevos y sin consumir ultraproce­sados que, aunque no sean de origen animal, pueden superar el consumo de grasas diarias recomendad­o”, aseguró.

“Finalmente, se trata de una alimentaci­ón más proteica con fines estéticos y/o deportivos. En este sentido, el huevo es muy versátil, ya que permite agregarlo en cualquier horario del día, en preparacio­nes dulces o saladas”, concluyó Bahntje.

Como se aprecia, y por donde se lo mire más allá del sector agropecuar­io, el huevo se constituye en algo más que una buena noticia. No es un detalle menor.

En 2022 se consumiero­n 314 unidades por habitante. Es el 5,16 % más respecto del año previo. ¿Es bueno o es malo?

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ARCHIVO LA NUEVA.

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