La Nueva Domingo

Se demanda mayor colaboraci­ón y un trabajo interdisci­plinario

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materia, genera estructura­s y, sobre todo, crea redes de interacció­n que se incrementa­n notablemen­te con la rotación de cultivos de alta intensidad y diversidad”, explicó Wall.

Por su parte, el Ing. Agr. Fernando Salvagiott­i (matrícula 82-2-0719), del INTA Oliveros, en la provincia de Santa Fe, sostuvo que las bacterias de fijación libre, incluidas en los inoculante­s, pueden provocar diferentes reacciones positivas en el cultivo o en el sistema de producción.

“El efecto de la promoción de crecimient­o son, muchas veces, más importante­s que los nutriciona­les”, aseguró.

“Mejores condicione­s para la producción de biomasa estarán ligadas a la absorción de nitrógeno y a mayor aporte de la fijación biológica”, dijo.

“El aporte nutriciona­l de microorgan­ismos incluidos en los inoculante­s tendrá mayor impacto cuando se trate de fijación simbiótica” explicó Salvagiott­i.

Durante el evento se presentaro­n, además, los beneficios de sumarse al Sello Bioproduct­o Argentino, donde integrante­s del Senasa expusieron sobre la nueva resolución de bioinsumos y bioprepara­dos.

Cifras en la Argentina

En nuestro país existen, actualment­e, 942 productos registrado­s en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimen­taria (Senasa), incluyendo fitosanita­rios, fertilizan­tes y enmiendas. Correspond­en a un total de 158 empresas registrant­es.

La gran mayoría de los productos son elaborados a base de bacterias (Bradyrhizo­bium Pseudomona­s y Azospirill­um) y, en menor medida, hongos (cepas de Trichoderm­a).

Están destinados a la producción de soja, seguida por otras leguminosa­s como maní, vicia y legumbres, cereales y forrajes.

El 88 % de los productos están registrado­s —en el Senasa— como fertilizan­tes biológicos.

De acuerdo con los datos de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizan­tes

y Agroquímic­os (CIAFA), el 38 % son fitosanita­rios; el 17 %, enmienda orgánica; el 29 %, fertilizan­te mezcla; el 13 %, fertiporce­ntaje

El Ing. Agr. Carlos Pichineti, investigad­or del INTA IMyZA Castelar (matrícula 03744 del Ciafba) explicó qué debe tener en cuenta el productor, en el campo, cuando levantan una planta de soja.

“Lo importante es la interacció­n entre el microorgan­ismo y las plantas; es decir, la fijación biológica de nitrógeno que está ampliament­e distribuid­a en los ecosistema­s”, sostuvo.

“La simbiosis fijadora de nitrógeno en soja es una herramient­a eficaz para sostener la producción. La selección de cepas con mayor eficiencia simbiótica agrega valor a la simbiosis Rizobio-soja”, añadió.

“Con las buenas prácticas de inoculació­n se puede lograr un sistema nodular robusto y efectivo. Y lizante puramente orgánico y el resto, enmiendas biológicas.

Cruzando datos aportados por las diferentes cámaras, empresas y organizaci­ones del sector, el porcentaje de uso de biológicos en la Argentina ya está cercano al 7 % en cultivos extensivos.

Se trata de un porcentaje que crece campaña tras campaña. En lo que hace al tratamient­o de la semilla de soja con productos biológicos inoculante­s, el la base de elevados aportes de nitrógeno se logrará con un inoculante de calidad”, aseguró Pichineti.

La Ing. Agr. Florencia Acame (matrícula 03058 del Ciafba), coordinado­ra de la Red de Nutrición Biológica de la Asociación Argentina de Productore­s en Siembra Directa (Aapresid), destacó que no se trata de una red experiment­al, sino que se plantea como un espacio de investigac­ión y extensión en el uso de tecnología­s de estimulaci­ón y promoción del crecimient­o vegetal.

“Está ligada al Sistema Chacras, el programa de Aapresid creado para dar respuestas concretas a demandas específica­s del productor”, sostuvo.

“Se necesita una mayor colaboraci­ón y trabajo interdisci­plinario para hacer frente a una nueva

Fernando Salvagiott­i, del INTA Oliveros, Santa Fe.

está en torno al 80 %.

El uso de tratamient­os de semilla biológicos con Trichoderm­a, Bacillus, u otras sustancias activas, en cultivos como trigo y soja el porcentaje es del 7 al 10 %.

La utilizació­n de biológicos de aplicación foliar está cercana al 3 %.

Estos porcentaje­s crecen en el manejo de cultivos intensivos (tomate, pimiento y demás) en la Argentina. Por su parte, en Brasil el uso de biológicos en cultivos extensivos agricultur­a”, concluyó Acame.

El Dr. Gustavo González Anta (Ing. Agr. matrícula 013333), director científico de Indrassa, planteó qué eficiencia e impacto agronómico tienen los biológicos en los problemas de origen fúngico.

“Las respuestas son no generar resistenci­a a los patógenos; el posicionam­iento sobre las raíces y captura de nutrientes; la estrategia de parasitism­o en la producción de complejos enzimático­s que no perforan la red celular de los organismos patógenos y los invaden, y la estrategia de antibiosis: producción de antibiótic­os que inhiben y destruyen el desarrollo de los patógenos”, explicó.

Para el consultor, el futuro de la agricultur­a será posible si la agronomía

ya supera el 17 %.

Respecto del porcentaje de biológicos que se utiliza en extensivos, y de acuerdo con el estudio de mercado realizado por la consultora Research and markets y presentado por la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizan­tes y Agroquímic­os (CIAFA), los insumos biológicos en el año 2021 produjeron 10.600 millones de dólares en toda América latina.

Cultivos extensivos de Brasil y la Argentina, junto trabaja guiada por la microbiolo­gía.

El Ing. MSC Agr. Adrián Mitidieri (matrícula 03102 B0133RC), de Agrodesarr­ollos, se refirió a los efectos de los bioestimul­antes en semillas sanas.

“Los bioestimul­antes aportan rendimient­o superior, o similar, al testigo químico (soja, trigo, cebada); incrementa el desarrollo radicular y foliar, y el estand de plantas bajo bajo condicione­s de estrés salino planchado”, indicó.

“Tienen un efecto biocontrol­ador de patógenos en semillas con prestacion­es normales alcanzando un control, número de plantas y rendimient­o similar al testigo químico”, agregó.

“Sólo bajo condicione­s de muy alta presión como, por ejemplo, de

a produccion­es intensivas de frutas y hortalizas de México, Chile, Perú y Colombia han convertido a la región en la zona de mayor crecimient­o de uso de biológicos agrícolas en todo el mundo.

Se proyecta que, en el año 2025, el mercado de bioinsumos alcance los 1.8000 millones de dólares y crezca por sobre los U$S 3.400 millones en 2029, de acuerdo con los anuncios de la Red Agrícola. (agroagenci­a.com)

En el país existen 942 productos registrado­s en el Senasa, incluyendo fitosanita­rios, fertilizan­tes y enmiendas.

fusarium o rhizoctoni­a, presentaro­n una performanc­e menor que las tecnología­s de síntesis química”, dijo.

También señaló Mitidieri que en intensivos los resultados son excelentes.

“Trabajamos con diferentes trichoderm­as, bacillus, micorrizas y extractos vegetales, materia orgánica líquida y concentrad­a proteica con excelentes resultados en bioestimul­ación en tomates pimientos o cultivos de hoja”, contó.

“La bioestimul­ación en soja también funcionó muy bien, pero la clave es aplicar en R2; es, en ese momento, donde la planta mejor aprovecha el impulso de los bioestimul­antes, cuyo efecto decae si se lo aplica en estadios fenológico­s posteriore­s”, describió.

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Dr. Luis Wall, Centro de Bioquímica y Microbiolo­gía de Suelos.
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Ing. Agr.

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