“La escuela técnica preuniversitaria es un paso hacia el futuro”, dijo Castellano
“Quienes egresen lo harán con una posibilidad de empleo inmediata. Es un valor agregado respecto de la creciente demanda”, manifestó la vicerrectora de la Universidad Nacional del Sur (UNS).
“Puede tardar un poco más o un poco menos, puede ser en un lugar u otro, pero ya sabemos que la universidad va a tener una nueva escuela”, dijo la Dra. Andrea Castellano, vicerrectora de la Universidad Nacional del Sur.
Se trata de la escuela técnica preuniversitaria, un ambicioso proyecto que presume responder a algo más que necesidades coyunturales.
“Es una escuela secundaria con orientación técnica y formación en lo que nosotros denominamos tecnología 4.0, programación, análisis de datos y demás. Son temas que, hoy, se demandan desde los sectores público y privado”, añadió.
“Estamos pensando en que los chicos que egresen de este tipo de escuelas puedan tener una salida laboral inmediata y con empleos de calidad, porque son muy bien remunerados en relación a las formaciones de otros tipos de establecimientos”, sostuvo.
“Esto es algo más que un valor agregado”, dijo.
—Dra. Castellano, ¿cuándo se comenzó a trabajar en esta idea?
—A mediados de 2022 se armó una comisión técnica, pero todo se inició con una propuesta anterior, que fue bien recibida, que el rector Daniel Vega le hizo al ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczik. La comisión está integrada por 17 especialistas de distintas áreas de la UNS como Educación, Economía, Arquitectura, Matemática, Electrónica y Computación, cuyos representantes mantuvieron reuniones con autoridades educativas, referentes barriales y otros actores comunitarios. El anteproyecto se concluyó a fines del año pasado y, tras presentarlo en el ministerio, llegó el aval respecto del financiamiento. Allí se inició un proceso más formal.
“Arrancamos con esa instancia a mediados de febrero, que culminará con la presentación en el Consejo Superior Universitario, que es el órgano de gobierno que, en primera instancia, resuelve sobre la creación de una carrera o de una escuela.
“El Consejo Superior podrá acordar modificaciones, ya que la universidad está gestionada por diferentes claustros, donde participan docentes, no docentes y estudiantes, quienes opinarán sobre el proyecto. Allí se incluyen detalles sobre la infraestructura, los planos y los presupuestos, tanto de la planta docente como no docente y respecto de la construcción del edificio.
“Una vez aprobadas las eventuales correcciones, se ingresa en el circuito formal del Ministerio de Educación, siempre a través de la Secretaría de Políticas Universitarias. Si bien se trata de algo preuniversitario, siempre sucede en el marco de una universidad nacional”.
—¿Cuándo será presentado?
—Estamos pensando hacerlo sobre fines de este abril.
—Tras la aprobación, ¿cuáles serán los próximos pasos?
—En paralelo, nosotros comenzamos las gestiones para conseguir el terreno. Las propuestas de lugares que tienen ventajas y desventajas vinculadas a las
características propias de la escuela y al objetivo que nos planteamos es que, en todos los casos, se trata de terrenos fiscales, ya que pertenecen a un ámbito público. Es así que la gestión para lograr la cesión la tiene que hacer la municipalidad de Bahía Blanca. Por ese motivo nos reunimos hace unos días con el intendente (Héctor Gay), que ya tiene el anteproyecto y está gestionando, dentro de los lugares posibles, cuál es la viabilidad en cada caso.
—¿Y respecto de lo académico?
—Es lo de menor complejidad. Hay recursos humanos que uno puede ir organizando para la escuela. En tal sentido, vale recordar que tendrá la particularidad de jornada extendida, con comedor y actividades deportivas; es decir, no es sólo lo educacional, sino también preparar a la gente que administrará esas actividades esenciales”.
—¿Cuál será el lugar para construir el edificio?
—La comisión técnica elaboró indicadores para saber cuáles son las características que debe tener el sitio. En base a eso, y a las tierras fiscales disponibles y a otras alternativas analizadas, surgieron seis localizaciones posibles. La comisión técnica tiene en cuenta la dimensión del lugar, ya que se trata de unos 6.000 metros cuadrados en total, aunque serán en tres etapas de 2.000 m2 cada una. El dato es que con la primera ya se puede poner en funcionamiento.
“La ubicación debe ser en un barrio cercano a una zona vulnerable. Y la vulnerabilidad se determinó en base a indicadores que el Instituto de Investigaciones Económicas Sociales del Sur (IIESS) produce para otros trabajos”.
—También hay que tener en cuenta al transporte público…
—Sí, porque si bien la propuesta es que la escuela esté cercana a un barrio periférico, también lo es que sea accesible al resto de la ciudad. La idea es algo que integre, y no que esté en el margen y a la que sólo puedan ir los chicos de un barrio. Creemos que en la integración de otras realidades es que uno puede sacar a mucha gente de la situación de vulnerabilidad. Este es un requisito importante, así como el primer indicador que hay que tener en cuenta para la localización es que no haya una escuela secundaria en las cercanías”.
“El primer indicador que hay que tener en cuenta para la localización es que no haya una escuela secundaria en las cercanías”, dijo Castellano.
—¿Cuáles son los plazos para la apertura de la ETP?
—Es difícil dar una precisión. Se trata de una obra de infraestructura muy importante, con aulas, gimnasio, comedor, laboratorios y espacios para la gestión administrativa.
“No se terminará para el año que viene, pero acaso sí para 2025. Vamos a poner toda la energía para apurar los tiempos, aunque son cuestiones difíciles de determinar, pero que se deben hacer porque son necesarias”.