“Fatiga de superhéroes”: ¿bache en el género o era un destino inevitable?
Es un fenómeno anticipado desde el pico de éxito de ese género encabezado por las franquicias de Marvel y DC.
Saturación, historias repetidas y recaudaciones decepcionantes alimentan con fuerza la tesis de la "fatiga de superhéroes", un fenómeno anticipado desde el pico de éxito de ese género encabezado en la última década y media por las franquicias de Marvel y DC que, con la performance de los últimos títulos del rubro, amenaza con saltar de la especulación a un futuro posible para la industria.
Es que desde la llegada en 2008 de "Iron Man", el filme que dio origen a la meganarrativa centrada durante diez años en Los Vengadores, la adaptación de cómics a la pantalla grande se convirtió en sinónimo de universos con historias interconectadas que tienen más y más para dar, y que traccionaron a ejércitos de fans y cosecharon miles de millones de dólares alrededor del mundo. Es una mina de oro que, en su plenitud, parecía haber alcanzado la fórmula infalible del éxito.
De cumplirse las predicciones de una parte de la crítica subida a la teoría de que el desgaste de esa receta llegará más temprano que tarde, no sería la primera vez que una especie cinematográfica sufra las consecuencias de su propia lógica de producción en serie. Sucedió con el western a mediados del siglo pasado y en los 90 las comedias románticas fueron también víctimas de sí mismas:
¿podrían los héroes de traje y capa ser los próximos en la lista?
Con argumentos de un lado y del otro, en el escenario se contrapone un grupo de expertos (y no tanto) que sostienen que se trata de un panorama exagerado y que apuntan, con mucha confianza, que las y los seguidores de esta oferta difícilmente pierdan su fidelidad y el interés por ver lo nuevo de su saga favorita. Y si bien se comprueba que el cine de superhéroes está muy lejos de quedar en el olvido, las señales de que su excelente salud ya no es tal empiezan a aparecer con mayor claridad que nunca.
Quizás los números de taquilla, aunque con ganancias que siempre llegan a un mínimo de seis cifras, son los indicadores sobre los que se pone el ojo a la hora de cuestionar esta solidez. A modo ilustrativo: en el caso de Marvel, mientras que 6 de las 11 películas que conformaron su aclamada Fase 3 (2016-2019) atravesaron la meta de los mil millones de dólares en recaudación, sólo una de la etapa siguiente ("SpiderMan: Sin camino a casa", de 2021) repitió el logro.
Desde entonces, y sin ignorar que estas expectativas cambiaron profundamente desde la irrupción de la pandemia de Covid-19, que obligó a las salas a cerrar sus puertas durante meses y meses, cada lanzamiento del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM), apurado por recuperar el tiempo perdido, luchó por transformarse en un todo un evento global como sus antecesoras.
Varios escalones abajo en términos de convocatoria y valoración aparece la franquicia de DC -perteneciente al conglomerado Warner Bros. Discovery-, que en respuesta a las victorias de su competidora de la casa Disney, en 2013 hizo lo suyo con "Hombre de acero", llegando tarde a la carrera pero dispuesta de todos modos a disputarla cabeza a cabeza. Sin embargo, tonos incoherentes y un desorden general en el armado de su universo atentaron contra el triunfo de íconos como Superman, Batman y sus aliados.