Impulso buscó solución a un problema que aún está vigente
Si bien el intento de organización no prosperó, lo cierto es que marcó una tentativa solidaria a un tema específico que padecían y todavía no ven resuelto los usuarios del transporte interurbano.
Pocas cosas tan vigentes como la preocupación del estudiante rosaleño por el precio del boleto que le permite asistir a las casas de estudio de la vecina ciudad.
Cambian los nombres, el contexto, pero la lucha sigue siendo la misma: la falta de beneficios y el precio que sigue subiendo perjudicando no sólo a los jóvenes que estudian, sino también a los trabajadores y usuarios frecuentes.
Así comienza el trabajo de investigación llevado adelante por el equipo del Archivo Histórico Municipal, que lleva la firma de l profesor Guillermo Bertinat, sobre la Cooperativa Impulso.
Esta problemática llevó a que en la década de 1970, un grupo de jóvenes estudiantes -universitarios, terciarios y alumnas del magisterio- buscara una solución alternativa con el ideal cooperativista como estandarte.
El ambiente de la época, pese a la dictadura militar de Alejandro Lanusse, era de una gran participación juvenil en actividades políticas, sociales y culturales, muchas veces encarnadas en luchas concretas que llevaron a distintas iniciativas en la esfera pública.
A principios de la década de 1970, según dice el informe, la compañía de ómnibus La Acción, que desde 1932 monopolizaba el transporte público de Punta Alta a Bahía Blanca y viceversa, decidió suspender el descuento del 20% que beneficiaba a los estudiantes.
Tal medida, y la posterior respuesta negativa al reclamo de mantener el beneficio económico, generaron un gran descontento entre
Impulso en Mitre 461 y servicio contratado por la cooperativa. los jóvenes usuarios. Tampoco se llegó a un acuerdo con las autoridades ferroviarias que no prestaron solución al pedido de adi
cionar horarios al servicio de trenes. Ese es el panorama que lleva a alumnos de la Universidad del Sur, el Instituto Juan XXIII y la Universidad Tecnológica nacional a nuclearse para buscar una solución alternativa ante la ausencia de respuestas a sus necesidades.
Se procedió a la contratación de dos ómnibus a particulares; uno sería de Andreu, de Punta Alta y el otro, de Mastrandrea de Bahía Blanca. Solamente
los socios podían viajar y obtenían un talonario de boletos en el local de calle Mitre, desde donde también se iniciaba el recorrido.
Hubo varios intentos, desde diferentes ámbitos, para eliminar a los medios de Impulso.
Dejó de estar en actividad luego de haber cumplido con sus objetivos de manera satisfactoria. En la faz cultural con la organización de eventos académicos, educativos, culturales
"Era la fuerza de la juventud. El impulso de lograr cosas”, dijo, al ser consultada, la docente Enriqueta Stamponi.