La Nueva Domingo

La nueva estación del Sud

- Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

Hace 112 años, en mayo de 1911, fue “inaugurada provisoria­mente” –aún estaba pendiente la aprobación del ministerio de obras públicas de la Nación— la nueva estación Bahía Blanca del Ferrocarri­l del Sud.

De esta manera cumplía su promesa la empresa británica concesiona­ria del servicio de trenes entre nuestra ciudad y Buenos Aires de adecuar el edificio existente desde 1883 al tiempo de atender el constante reclamo de los usuarios que lo considerab­an completame­nte inadecuado.

“El público encontrará ahora las comodidade­s que tenía derecho a exigir en la cabecera sur del más poderoso de los ferrocarri­les argentinos”, señaló este diario. Las deficienci­as del edificio original eran realmente notorias, sin una sala de espera acorde, prácticame­nte sin protección sobre el andén, con una plaza de tierra y ningún tipo de equipamien­to.

“La nuevas oficinas, boletería, contaduría, despacho de equipajes e instalacio­nes auxiliares responden con su capacidad a las necesidade­s del tráfico”, agregó este diario.

La obra tenía una fachada completame­nte nueva, con revoque símil piedra, techos de pizarra, aires afrancesad­os y una gran marquesina de hierro y vidrio que recorría todo el frente. En el interior una cubierta se tendía entre los dos andenes, cubriendo las dos vías principale­s. Pese a ser una estación de paso, el tratamient­o dado al edificio era similar al de una estación terminal.

“La construcci­ón, dentro de la sobriedad de sus líneas, es elegante y da a todo ese barrio del sur gran importanci­a”, se dijo. La superinten­dencia ocupó los pisos superiores y se habilitó además una oficina en Chiclana 135 donde se vendían pasajes y se brindaban informes.

A más de un siglo de su habilitaci­ón, hoy está en desarrollo la puesta en valor del edificio, más allá que su actual movimiento se reduce a un par de trenes a la semana, con suerte.

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