Un manual como llave para facilitar el acceso a los clubes de personas con discapacidad
La fundación Comparlante, presidida por Lorena Julio, presentó una iniciativa que busca informar y concientizar.
on el objetivo que la información se convierta en una herramienta para la inclusión social, la fundación Comparlante presentó en nuestra ciudad un manual de accesibilidad para clubes deportivos. Fue en una reunión realizada en el Museo del Deporte y en conjunto con la filial bahiense de la Unión Nacional de Clubes de Barrio y la Dirección de Museos local.
"Quedamos muy contentos porque hubo mucho interés. Siempre decimos que la principal barrera que enfrentan todos los días las personas con discapacidad es la actitudinal. Y que haya
Chabido tanta convocatoria en el Museo del Deporte, da cuenta de que juntos podemos derribar esa barrera. Hay ganas de hacer las cosas de otra manera. Hubo varios clubes representados y nos da una idea de que hay esperanza. De que podremos hacer estos cambios o ajustes que necesitamos para que los niños con discapacidad puedan acceder a la práctica deportiva, que es la motivación de este manual", explicó Lorena Julio, presidenta y cofundadora de Comparlante, que lleva diez años desarrollando programas sociales en Latinoamérica.
El manual es, básicamente, un documento de 127 páginas y tres capítulos: "Discapacidad y comunicación", "Accesibilidad en infraestructura" y "Deportes para todos". Educa, orienta y sugiere en relación a cómo facilitar el acceso de niños y niñas con discapacidad a los clubes deportivos.
La propia fundación sostiene que la educación, la recreación y la socialización son derechos humanos básicos a los que todos deberían acceder sin importar las características particulares de las personas.
"Estas charlas forman parte del programa piloto que busca llevar el manual a cien clubes del país. Son muy pocos los que cuentan hoy con una infraestructura que se adapte a las necesidades de personas con discapacidad. De nuevo: lo primero que hay que cambiar es la actitud respecto de la discapacidad. Después vendrá la rampa y el baño adaptado", explicó Julio, nacida en Hilario Ascasubi.
"El manual está dividido en tres partes. El primer capítulo habla de cómo nombrar a las personas con discapacidad. Esto de que primero son personas y después hay una característica, pero que no debiera definirnos. Empecemos a nombrarnos como corresponde. Primero somos personas y después con discapacidad visual, con discapacidad motriz, con discapacidad auditiva, con síndrome de Down o autismo. No soy ni `Down´, ni `autista´. Siempre soy `persona´ primero. Pero las personas, muchas veces, no nombran mal o discriminan porque quieren. Discriminan porque no saben. Por eso suelen usar términos como `capacidad especial´ o `capacidades diferentes´. Pero `diferentes´ son un vaso y un balde", ejemplificó.
"Es lo que queremos cambiar para bajar esa barrera actitudinal. ¿Cómo ayudo a una persona ciega? ¿Cómo me relaciono con una persona usuaria de silla de ruedas? Es deseable y se toma como gesto de amabilidad que si hablo con una persona en silla de ruedas, debo sentarme y hablarle a la misma altura. Esos pequeños gestos y actitudes son las que hacen que un club abra sus puertas a las personas con discapacidad. Este tipo de orientación está en el manual", dijo.
"Un segundo capítulo, que lo desarrollamos de la mano del Colegio de Arquitectos de la Provincia, tiene que ver con la infraestructura necesaria para personas con discapacidad. Lo bueno es que está todo escrito en el manual. Todo pensando en el usuario, que no sólo son los chicos sino todas las personas que van a un club", agregó.
"La tercera parte del manual creo que es la más enriquecedora. Contiene el detalle de las cincuenta disciplinas que pueden practicar las personas con discapacidad y que irán incrementándose con el paso del tiempo. A veces no son deportes pensados o requeridos para una adaptación sino que directamente están pensados para las personas con distintos tipos de discapacidad", agregó.
"Nos pasó en Pedro Luro que dimos una charla en el club Villa Obrera. Les contamos sobre el `newcom´, es como el vóley pero mal jugado. Se necesita la misma red que el vóley y la misma pelota. Lo único que cambia son las reglas de juego. En vez de pegarle a la pelota, tenés tres segundos y después la pasás. Es una disciplina distinta. Inclusive está extendida en nuestro país a personas de la tercera edad. A la semana de dar la charla, el club Villa Obrera incorporó el `newcom´ como una disciplina más en el club", recordó.
"Nuestra visión es que ser parte de un club consiste en mucho más que una práctica deportiva o que la actividad física. Es pertenecer, ponerte la camiseta, el autoestima, de encontrarte con tus amigos. Eso es lo que promovemos con el manual", concluyó.
Son muy pocos (los clubes) que cuentan hoy con una infraestructura que se adapte a las necesidades de personas con discapacidad.