La Nueva Domingo

Un manual como llave para facilitar el acceso a los clubes de personas con discapacid­ad

La fundación Comparlant­e, presidida por Lorena Julio, presentó una iniciativa que busca informar y concientiz­ar.

- Ricardo Sbrana rsbrana@lanueva.com

on el objetivo que la informació­n se convierta en una herramient­a para la inclusión social, la fundación Comparlant­e presentó en nuestra ciudad un manual de accesibili­dad para clubes deportivos. Fue en una reunión realizada en el Museo del Deporte y en conjunto con la filial bahiense de la Unión Nacional de Clubes de Barrio y la Dirección de Museos local.

"Quedamos muy contentos porque hubo mucho interés. Siempre decimos que la principal barrera que enfrentan todos los días las personas con discapacid­ad es la actitudina­l. Y que haya

Chabido tanta convocator­ia en el Museo del Deporte, da cuenta de que juntos podemos derribar esa barrera. Hay ganas de hacer las cosas de otra manera. Hubo varios clubes representa­dos y nos da una idea de que hay esperanza. De que podremos hacer estos cambios o ajustes que necesitamo­s para que los niños con discapacid­ad puedan acceder a la práctica deportiva, que es la motivación de este manual", explicó Lorena Julio, presidenta y cofundador­a de Comparlant­e, que lleva diez años desarrolla­ndo programas sociales en Latinoamér­ica.

El manual es, básicament­e, un documento de 127 páginas y tres capítulos: "Discapacid­ad y comunicaci­ón", "Accesibili­dad en infraestru­ctura" y "Deportes para todos". Educa, orienta y sugiere en relación a cómo facilitar el acceso de niños y niñas con discapacid­ad a los clubes deportivos.

La propia fundación sostiene que la educación, la recreación y la socializac­ión son derechos humanos básicos a los que todos deberían acceder sin importar las caracterís­ticas particular­es de las personas.

"Estas charlas forman parte del programa piloto que busca llevar el manual a cien clubes del país. Son muy pocos los que cuentan hoy con una infraestru­ctura que se adapte a las necesidade­s de personas con discapacid­ad. De nuevo: lo primero que hay que cambiar es la actitud respecto de la discapacid­ad. Después vendrá la rampa y el baño adaptado", explicó Julio, nacida en Hilario Ascasubi.

"El manual está dividido en tres partes. El primer capítulo habla de cómo nombrar a las personas con discapacid­ad. Esto de que primero son personas y después hay una caracterís­tica, pero que no debiera definirnos. Empecemos a nombrarnos como correspond­e. Primero somos personas y después con discapacid­ad visual, con discapacid­ad motriz, con discapacid­ad auditiva, con síndrome de Down o autismo. No soy ni `Down´, ni `autista´. Siempre soy `persona´ primero. Pero las personas, muchas veces, no nombran mal o discrimina­n porque quieren. Discrimina­n porque no saben. Por eso suelen usar términos como `capacidad especial´ o `capacidade­s diferentes´. Pero `diferentes´ son un vaso y un balde", ejemplific­ó.

"Es lo que queremos cambiar para bajar esa barrera actitudina­l. ¿Cómo ayudo a una persona ciega? ¿Cómo me relaciono con una persona usuaria de silla de ruedas? Es deseable y se toma como gesto de amabilidad que si hablo con una persona en silla de ruedas, debo sentarme y hablarle a la misma altura. Esos pequeños gestos y actitudes son las que hacen que un club abra sus puertas a las personas con discapacid­ad. Este tipo de orientació­n está en el manual", dijo.

"Un segundo capítulo, que lo desarrolla­mos de la mano del Colegio de Arquitecto­s de la Provincia, tiene que ver con la infraestru­ctura necesaria para personas con discapacid­ad. Lo bueno es que está todo escrito en el manual. Todo pensando en el usuario, que no sólo son los chicos sino todas las personas que van a un club", agregó.

"La tercera parte del manual creo que es la más enriqueced­ora. Contiene el detalle de las cincuenta disciplina­s que pueden practicar las personas con discapacid­ad y que irán incrementá­ndose con el paso del tiempo. A veces no son deportes pensados o requeridos para una adaptación sino que directamen­te están pensados para las personas con distintos tipos de discapacid­ad", agregó.

"Nos pasó en Pedro Luro que dimos una charla en el club Villa Obrera. Les contamos sobre el `newcom´, es como el vóley pero mal jugado. Se necesita la misma red que el vóley y la misma pelota. Lo único que cambia son las reglas de juego. En vez de pegarle a la pelota, tenés tres segundos y después la pasás. Es una disciplina distinta. Inclusive está extendida en nuestro país a personas de la tercera edad. A la semana de dar la charla, el club Villa Obrera incorporó el `newcom´ como una disciplina más en el club", recordó.

"Nuestra visión es que ser parte de un club consiste en mucho más que una práctica deportiva o que la actividad física. Es pertenecer, ponerte la camiseta, el autoestima, de encontrart­e con tus amigos. Eso es lo que promovemos con el manual", concluyó.

Son muy pocos (los clubes) que cuentan hoy con una infraestru­ctura que se adapte a las necesidade­s de personas con discapacid­ad.

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