Bartís: “Es el exceso de amor y no la ausencia lo que produce la tragedia”
Estrenó la obra “La gesta heroica”, en el Teatro Nacional Cervantes, protagonizada por Luis Machín.
l dramaturgo y director Ricardo Bartís estrenó en el Teatro Nacional Cervantes, "La gesta heroica", obra largamente demorada por la pandemia que lo vuelve a juntar con el actor Luis Machín y que se terminó de armar en medio del cierre del Sportivo Teatral, acaso la más potente usina de discusión, creación de lenguaje y producción escénica de las últimas décadas del teatro argentino.
Versión libre del texto shakespeareano "Rey Lear", la nueva obra de Bartís junta en una casa derruida de Santa Teresita al jefe familiar (Machín) con sus tres hijos (Facundo Cardosi, Marina Carrasco y Martín Mir), en ocasión de la división hereditaria de las posesiones del padre,
Eun paupérrimo y destartalado parque de diversiones que lleva por nombre "La gesta heroica". Con un costumbrismo crispado y arrasado por lógicas subterráneas que manejan los comportamientos de los personajes y un padre-rey que deambula entre la idiotez y la miserabilidad pero sostenido en el umbral de la piedad, Bartís vuelve en esta última producción teatral a tópicos relacionados con indagaciones previas y que se relacionan con el fallido destino argentino y su subsuelo de horror que tuvo su expresión más funesta en la última dictadura militar.
"En esta obra aparece, por un lado, el atractivo que me producía 'Rey Lear' y la sensación de una mitología que ahí podíamos construir, que era ese vínculo con este texto que ha llevado al fracaso a la mayoría de las expresiones un gran dramaturgo.
que lo han enfrentado, una especie de cementerio de los directores", señala Bartís.
"Lo que aparecía -agregaera la idea de un poder onmímodo, autoritario, estúpido, sumergido en
medio de un elemento ordenador, un poco costumbrista, que era la estructura familiar, que traía cosas vinculadas al tema de la deuda, la herencia como un lugar en el que quedan capturados los hijos, que en este caso van heredar un bien menor y reducido pero con un peso fantasmagórico que los determina y los termina controlando. Eso nos acercaba a ciertos núcleos que son propios de nuestra dramaturgia y que están vinculados a la condición argentina".
La charla se desarrolla luego de uno de los últimos ensayos de la obra, que tiene puesta en la sala Trinidad Guevara del Cervantes pero con el escenario invertido: las butacas se montarán en la parte más profunda del escenario, quedando la sala, con sus plateas, balcones y luces, por detrás de la escenografía…
—¿Por qué deciden montar la obra con el escenario invertido?
—Lo hicimos acá muchos años atrás con una versión también muy libre de "Muñeca", de Armando Discépolo, no es un capricho sino una situación vinculada a tener un pensamiento sobre el teatro que yo hago como una experiencia minoritaria, muy basada en la actuación, que es siempre el centro del trabajo, de hecho volver a trabajar con Machín, que es un actor cercano y muy querido del Sportivo tiene que ver también con una fidelidad a ciertas convenciones.
La puesta tiene al escenario invertido: las butacas se montan en la parte más profunda del escenario, quedando la sala escondida.