Edificio del Banco Nación: una empresa bahiense pondrá en valor la fachada
La obra, ya preadjudicada, incluye la reparación integral del frente y sus cúpulas, afectados por el incendio que sufrió el edificio en julio de 2018. Se busca devolver al inmueble su estado original.
A poco de cumplirse cinco años del incendio que afectó sus instalaciones, las autoridades del Banco de la Nación Argentina publicaron en el boletín oficial la preadjudicación de la obra de “Restauración y reconstrucción de la envolvente edilicia” del edificio de Estomba y Moreno.
Los trabajos estarán a cargo de la empresa local Probrás Bahía SRL, única oferente, que cotizó la obra en $ 639.991.000 + IVA, lo que significa un total de $ 774.389.110, monto que da cuenta de la importancia de la intervención. La obra tiene un plazo de ejecución de 300 días corridos.
Cómo en cada intervención que fue concretando en este tiempo, la entidad pone énfasis en el valor patrimonial del inmueble.
“Es parte esencial de la memoria bahiense y por su valor cultural, su riqueza constructiva, su sentido de pertenencia y por conservar su uso luego de más de cien años es que se debe conservar para futuras generaciones”, indica.
Incluso hace referencia a una publicación de este diario de 1921, en ocasión de su inauguración, donde detalla que el edificio era “el más perfecto de los que existen en el país".
La chispa
La madrugada del 28 de julio de 2018 una falla eléctrica originó el incendio que se propagó a la sala de máquinas en la azotea y al sector de archivo, consumiendo la mansarda, parte de la estructura y cubierta, cielorrasos, instalaciones, el gran vitral superior y el ascensor.
Desde entonces ha habido una continuidad de tareas, desde cateos en la estructura, limpieza (se retiraron 400 m3 de escombros y 34 toneladas de chatarra), reposición de la cubierta, la construcción de una escalera contra incendios, sanitarios, primera etapa de la instalación eléctrica y un moderno sistema de climatización.
La puesta en valor de las fachadas busca recuperar su diseño original. Por eso el pliego establece exigencias que no muchas empresas están en condiciones de cumplir. El énfasis estuvo puesto en contar con experiencia específica en la restauración de edificios de valor patrimonial, “con trabajos similares realizados en los últimos diez años”.
También debe disponer de un asesor en restauración, con trayectoria en la docencia dentro del campo patrimonial y participación en instituciones de en valor de las fachadas busca recuperar su diseño original. conservación de bienes culturales. Por último, el personal afectado a la obra deberá demostrar oficio para ese tipo de tarea.
El objetivo principal será “recuperar la lectura visual original” del edificio, respetando “sus detalles y el envejecimiento noble de los materiales” y quitando toda parte añadida.
Se procederá al retiro de las capas de pinturas aplicadas en el tiempo, buscando llegar al revoque original, cuya tonalidad será la que determine la terminación
final. Se repararán aberturas, revoques y todo elemento afectado por el fuego. También se reconstruirán las cúpulas, considerando su cierre con pizarras similares a las originales.
El edificio dejará de lucir el blanco actual y recuperará el tono símil piedra original, revestimiento propio de las primeras décadas del siglo pasado que, si bien es habitual señalar que imita el tono de los edificios de París, su uso se remonta al tiempo de los romanos.
La mezcla que se utilizaba admite variados tonos, de acuerdo a las proporciones de cemento, arena y minerales en polvo (mármol, mica, dolomita ó calcita).
El estado de las cúpulas del remate es testimonio de la acción del fuego. Se las puede ver deformadas y oxidadas. Sin embargo, son recuperables. Así se concluyó luego de la prueba realizada en la ubicada sobre la esquina de Estomba y Moreno, que puede verse renovada luego de haberse intervenido los hierros originales.
De cumplirse los plazos habituales en el campo burocrático, los trabajos podrían comenzar en un plazo estimado de dos meses.
Un poco de todo
El edificio ha tenido varias intervenciones en su fachada a lo largo del tiempo. Una de las más importantes fue la realizada en 1969, cuando se procedió a su lavado mediante un sistema de gas comprimido y se reemplazaron las pizarras de las cúpulas por planchuelas de zinc.
Prueba del mantenimiento que requiere este tipo de frentes plagado de ornamentos es el accidente ocurrido en diciembre de 1929, cuando desde lo alto cayó un pedazo de moldura, impactando sobre un transeúnte y provocando su muerte inmediata.
“La municipalidad debe ver el grado de seguridad y la fijeza (sic) de las partes salientes del edificio”, mencionó este diario, al tiempo de atribuir la caída a la vibración provocada por el tráfico vehicular y a la acción del clima sobre los materiales como responsables de sus fallas.
Otro elemento que dejó de funcionar hace tiempo es el reloj ubicado en la puerta de ingreso.Elprimeravisodesu falla ocurrió en mayo de 1966, cuando sus agujas comenzaron a girar en sentido antihorario,como“unsíntoma de rejuvenecimiento”. Por ejemplo, quien entraba al banco a las 12:40 podía salir a las 12:15.