“El ir puerta a puerta nos dio muy buenos resultados”
“Los promotores ambientales hacen un gran trabajo”, dijo Gastón Lucatini, subsecretario de Gestión Ambiental.
“Nuestros ejes de gestión se basan en la educación ambiental en las escuelas de Bahía Blanca en todos los niveles: Jardín, Primario y Secundario. El objetivo es educar y concientizar en la reducción y clasificación de los residuos sólidos y urbanos para un futuro más limpio y sostenible”.
Los conceptos pertenecen a Gastón Lucatini, subsecretario de Gestión Ambiental de la municipalidad de Bahía Blanca, quien lleva adelante un gran trabajo en conjunto para generar un cambio de hábitos y costumbres en los ciudadanos.
“Los temas complejos requieren soluciones complejas. Para dar un ejemplo,
Europa tiene una tasa de separación de residuos del 32 %; en América del Norte andan en el 24 y 26%; en Argentina estamos en el 2%. Es un tema de idiosincrasia, algo cultural que lleva tiempo”, expuso Lucatini, quien es magister en Ingeniería Ambiental y licenciado en Organización Industrial.
“El futuro está en los chicos, quienes van a llevar adelante el cambio; mis hijos hablan de cambio climático, del medio ambiente. En la persona mayor es más difícil generar ese cambio”, señaló.
--¿Cuáles son los datos concretos en el tema separación de residuos?
--Del estudio base que hicimos en 2012, 2016 y 2021 arroja que en una bolsa de residuos el 52% del material es reciclable (botellas, latas, vidrio, papel, cartón, aluminio) y el 48% es húmedo. Pero, dentro de ese 48%, el 30 se puede compostar.
“Hablar de separación en la jerga tradicional es hablar de material seco; no obstante, compostando, separás la fracción húmeda. En este caso sería sacar las cáscaras de frutas, verduras, yerba, café, etc. Lo que se entierra en el relleno sanitario son los huesos o híbridos (ej: pañales)”, contó.
--¿Cuántas composteras comunitarias tiene la ciudad?
--Son 20 y somos pioneros a nivel país. El objetivo es reciclar la cantidad de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) que se entierran en el relleno sanitario. De esa manera prolongamos la vida útil del relleno e incentivamos a la participación ciudadana. Vamos al barrio y le preguntamos al vecino dónde quiere la compostera, que en realidad son dos. Una permanece abierta para su uso y la otra cerrada. Cuando una se llena se cierra y se habilita la otra.
“Una de las últimas que instalamos fue en San Juan y Alvarado, pegada al Jardín de Infantes que hizo la solicitud. Fueron todos los chicos, les explicamos y depositaron residuos: 60% vegetal y 40% secos, como las hojas de los árboles. A los 6 meses volvimos con los chicos y los resultados fueron excelentes. La cáscara de banana se transformó en abono con proteínas y minerales”, remarcó.
“En muchos lugares toman a Bahía como ejemplo. Vinieron de Buenos Aires para certificar la calidad del compost. Las Cooperativas aportan un buen porcentaje de sus residuos (cáscaras de verduras y frutas) que se transforman en residuo vegetal, un compost premium. Quedan impactados con el trabajo de toda la cadena”, apuntó. --¿Quiénes son los actores principales?
--Entre otros, Bahía Ambiental SAPEM juega un papel clave. Las mujeres que manejan los camiones están capacitadas. El trabajo es de hormiga en los barrios y en las calles. También contamos con profesionales que asisten a los colegios para instruir. Es más, muchos colegios y clubes (Villa Mitre, Bella
El trabajo en los barrios, las escuelas y los clubes genera conciencia en la comunidad bahiense.
Vista y Liniers) han incorporado el sistema de separación de residuos. Los padres llevan a sus hijos a los clubes, que son desarrolladores de educación, y depositan los residuos (no basura) para transformarla en reutilizable o reciclable. --¿En qué se benefician los clubes, por ejemplo?
--Tienen un ingreso genuino. Con un desecho se colabora con el club. En lugar de arrojarlo al tacho en tu casa, lo llevás al club y, de paso, le das una mano con una recaudación que puede servir para pagar un servicio.
“En septiembre del año pasado, con la organización de Delterra y Dow, se hizo una prueba piloto en el barrio Pedro Pico, que denominamos como la ruta 2 de las 11 existentes. La tasa de recuperación de materiales fue baja, apenas el 1% (unas 100 toneladas por mes) que se derivan a los destinos sustentables: la Ecoplanta de Cerri y el Complejo Ambiental que funciona dentro del relleno sanitario”.
“Luego se agregaron 18 manzanas, unos mil hogares y se inició un etapa de activación, el puerta a puerta con promotores ambientales para explicar y repartir folletería, stickers, imanes, posters y elementos de comunicación digital. Duró cuatro semanas y los resultados fueron excelentes. El porcentaje de aprovechamiento de los materiales aumentó un 300% (se multiplicó por 3 los kilos de residuos por semana recolectados)”, afirmó. --¿Piensan expandir esa idea?
--Sí. Ahora vamos por toda la ruta 3 (unos 13 mil hogares y 32 mil personas) entre calles Juan Molina, Undiano, Chile y Estomba. Vamos a superar la prueba piloto con porcentajes que serán del 400 a 450 por ciento, lo que se traducirá en un 50 o 65% de material aprovechable en cada hogar. --Sería un cambio de paradigma.
--Es necesario hacerlo con educación, proyectos y nuevos comportamientos. Es educar casa por casa. Para eso tenemos los promotores ambientales que salen a las 8 de la oficina y están hasta las 12. Un trabajo que no se ve, pero será muy bueno.