Osvaldo Fernández y su gran aporte para la conservación del suelo
Publicó más de 100 artículos en revistas científicas, escribió 10 capítulos en libros internacionales, editó de 4 libros científicos y recibió una larga lista de premios y reconocimientos.
La conservación del suelo es un punto clave de la agricultura, y las personas que han tomado en serio el tema de trabajar, formar y educar al respecto, son las que hoy nos permiten que Argentina sea la primera en conservación del recurso suelo en América.
Una de estas personas, reconocida mundialmente por sus aportes científicos para mejorar la agricultura está radicado desde hace muchos años en Bahía Blanca.
Nos estamos refiriendo al doctor Osvaldo Alberto Fernández, Osvaldo para todos los que tienen el privilegio de conocerlo o haber trabajado y aprendido de él.
Detallar sus aportes a la ciencia agrícola sería para un libro. Se podría resumir que publicó más de 100 artículos en revistas científicas, 10 capítulos en libros internacionales, editor de 4 libros científicos, más de 90 congresos, y una lista de premios y reconocimientos nacionales e internacionales, entre ellos el Premio Konex.
Como formador, dirigió
Hoy, a los 95 años, Osvaldo Alberto Fernández sigue trabajando, asesorando y formando.
18 tesis de Maestría y Doctorado.
Sí sería bueno recordar algunos trabajos de equipo, relacionados con los problemas concretos de nuestra región sudoeste, como fueron el programa de manejo del fuego en el Caldenal Pampeano, el programa de implantación y manejo del Pasto Llorón, o los trabajos de cultivos intensivos bajo riego en la zona de CORFO.
Estos programas, que fueron formadores y sirvieron al sector productivo del sudoeste, tuvieron trascendencia internacional, en especial un convenio de apoyo de recursos humanos y económicos del gobierno del Japón, en los años 90.
Hoy, con 95 años, sigue trabajando, asesorando y formando. Por este motivo es adecuado resaltar la faceta de persona de Osvaldo.
Osvaldo nació en Buenos Aires en 1928 y se graduó de Ingeniero Agrónomo en la UBA en 1952.
Junto a Irma, veterinaria ella, su esposa y compañera de toda la vida, fallecida ya, iniciaron su vida profeEn sional en el norte de la provincia de La Pampa. Luego irían a Canadá para hacer su primera Maestría y volver a la Argentina.
los 60 llegó a Bahía Blanca para incorporarse al Departamento de Agronomía, del cual luego sería Director y comenzaría su infatigable lucha por mejorar el conocimiento, sin descuidar su familia, que hoy suma 3 hijas, nietos y bisnietos.
Fue promotor del primer programa de formación de post grado para Ingenieros Agrónomos en los Estados Unidos, que regresaban ya formados, en la convulsionada década del 70.
También creador y director del CERZOS, en el cual continuó la tarea de trabajar en ciencia y formar científicos, pero sobre todo, formar buenas personas. Dos de sus discípulos fueron Rectores de la UNS.
Algo que se pretende resaltar de Osvaldo es su generosidad, acompañamiento y consejero desinteresado, sólo preocupado por el crecimiento profesional y humano de sus discípulos y de las instituciones que integró o dirigió. Su impronta para que éstos quisieran lo que hacen.