Antonio Iturrioz y Guido Muzi, dos que volvieron a su casa y disfrutan el “cumple”
Napostá conquistó el cuarto título de Primera a nivel local. Uno tiene un apellido tradicional de la institución y el otro es Palma por parte de madre. ¿Alguna presentación más? Bien de la raíz del club. Están disfrutando de manera especial.
n un carrito se llevaban parte de la tribuna que había sido montada para la final. Ya no quedaban evidencias en el Antonio Palma de lo sucedido ahí un par de días antes. Sólo retumbaban los ecos de una noche mágica.
Mientras tanto, en la tradicional tribuna de madera que soportó a cientos de espectadores saltando y cantando, esperaban en soledad Guido Muzi y Antonio Iturrioz, dos que estuvieron adentro de la cancha, jugando y disfrutando del cuarto título de Napostá. Y entre medio descansaba ella, la tan deseada Copa de campeón.
“Esta me la llevo a mi casa”, avisó Antonio Iturrioz.
Sus rostros denotaban felicidad; estaban distendidos, orgullosos y hasta todavía algo perdidos, después de haber ganado el título tan buscado.
—¿Les cayó la ficha de lo que fueron las finales o todavía pasan las fotos por la cabeza sin poder grabarlas?
Iturrioz: Es un poco eso. Creo que con el tiempo vamos a reaccionar y a repasar todo lo que vivimos.
—¿Alguna imagen imborrable?
Iturrioz: A mí me movilizó verlo al Negro (Gentili) subido al aro, con toda la gente abajo...
Su frase se entrecorta, el sentimiento le nace del alma. Lo está reviviendo. Es tan fuerte que no puede contener las lágrimas. —¿Por su figura? —(Antonio moquea; se seca las lágrimas y trata de continuar respondiendo)
Ey Guido la sostienen a ella, la que tanto desearon. En Napostá se viven días de fiesta. Se lo ganaron...
Por todo...
Muzi: A mí también. Me pone muy contento por el Negro. Lo conocemos desde que somos chiquitos, lo veíamos sufrir cuando tocó jugar por el ascenso... Creo que él quería el título más
que nadie. Durante el año, también fue para adelante. Me guardo su foto arriba del aro...
—¿Es “el” referente de Napostá?
Iturrioz: ¡Seee...! Siempre hizo todo lo posible pamiliares
ra que estemos cómodos. No le quedó nada por hacer. Se agradece un montón. Se valora mucho.
Antonio, de 27 años y Guido, de 21, son bien de Napostá, más allá de haber tenido experiencias afuera.
Iturrioz estuvo en Ascoli Basket con Lucas Chaves y por la pandemia no se jugó. Igual se quedó en Italia y pasó a Basket Ferentino.
“Me fui en busca de una nueva oportunidad, a ver de qué se trataba. Tengo faallá. Cuando volví lo hice pensando en regresar, tenía casi firmado el contrato, pero me tiró el club, los amigos... Y también me convencí de terminar los estudios, me queda un año de Contador”, explicó.
Muzi estuvo en ASD Canusium Basket. Fue un solo año.
“Yo extrañaba bastante y volví sabiendo que quería jugar un año en Napostá. Había visto desde afuera cuando perdieron con Bahía Basket el torneo anterior –recordó- y tenía ganas de jugar en la Primera y tener participación”.
—El Negrito Gentili me dijo que Guido no lo sorprendió y Mamo Zalguizuri, que sí. ¿A vos Antonio?
—Para nada. Lo conozco desde chico y metía 40 puntos en menores, entrenó un año en Bahía Basket y estaba en un nivel altísimo. En Italia lo seguí en directo varios partidos por streaming y estaba a gran nivel, más allá que era la categoría D. Pero los tiros que tomaba los podía replicar en cualquier liga.
—¿Para vos Guido era un desafío rendir en Napostá?
—Cuando hablé con Seba (Aleksoski) me dijo que iba a tener minutos. Lo tomé como un desafío. Quería jugar y tener participación. A mí también me sorprendió mi rendimiento.
—Antonio, poco y nada tenés nada parecido al juego de tu viejo, ¿no?
—Nooo... Por lo que me cuenta, él era tirador, en cambio yo soy un busca (sic). Voy abajo del aro y caigo al piso, como mínimo, dos o tres veces por partido, je.
—Guido, al principio del torneo el apellido Muzi no generaba demasiada atención. ¿Te favoreció el primer tiempo?
—Al principio sí, me dejaban el tiro, preferían de