En cada punto de este pintoresco país de más de dos millones de kilómetros cuadrados se pueden encontrar diferentes platos y tradiciones.
sado, empanadas, locro, milanesas, embutidos, confituras y alfajores resaltan como emblemas gastronómicos de las provincias argentinas según las diversas características que le aportan los productos típicos de cada región y que compiten en las preferencias de consumidores y turistas que, además de inmortalizarlos en fotos, los llevan como souvenir o para regalar.
En sus más de dos millones de kilómetros cuadrados, la variada producción agraria de Argentina, con climas y geografías diferentes, se fusiona con los aportes de las corrientes migratorias, tradiciones populares y fiestas patrias, al punto que varias de estas especialidades culinarias tienen su propio día de celebración, lo que a su vez promueve el desarrollo del turismo.
De este modo, el maíz es la base estelar de varios platos típicos de la cocina norteña; el asado vacuno, con sus achuras y derivados, se ubica al tope de las tradiciones de la pampa húmeda; mientras los chivitos y corderos son las principales carnes destinadas a las brasas en las zonas de Cuyo y la Patagonia; así como los pescados de río van a parar al asador en todo el Litoral, y los de mar, junto a los mariscos, a las sartenes a lo largo de toda la costa atlántica.
La amplitud territorial y regional de la provincia de Buenos Aires componen una gastronomía popular tan diversa como cada sitio que se visita.
Destaca, por ejemplo, la producción de más de 50 variedades de embutidos secos como salamines, chorizos, longanizas, ahumados, pancetas o fiambres y productos de alta maduración, como salames y jamón crudo, que arrastran una reminiscencia italiana, dado que en su elaboración se respetan las
Atradiciones y el legado familiar transmitido entre generaciones.
En ese marco, es reconocido internacionalmente el salame de Tandil, distrito donde en noviembre se celebra el Chacinar; aunque la más conocida del rubro es la Fiesta Nacional del Salame
Quintero, que anualmente se realiza en la ciudad de Mercedes.
La oferta se multiplica si se trata de platos dulces, ya que en Dolores desde fines del siglo XIX se elabora la Torta Argentina para conmemorar la Revolución de Mayo; declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, lleva 25 capas de masa fina unidas por dulce.
Y en Gouin, declarado Pueblo Rural y Turístico de la provincia, cada segunda semana de diciembre se celebra la Fiesta Nacional del Pastel, un evento para descubrir la elaboración casera de pasteles criollos con números artísticos.
En San Pedro, donde vive la colectividad mallorquina más grande del país, se celebra desde hace veinte años la Fiesta Nacional de la Ensaimada Mallorquina, panificado de la masa suave que ofrece opciones de relleno en dulce de leche y pastelera; mientras Balcarce tiene el privilegio de cobijar una de las recetas más típicas bonaerenses: la torta Balcarce, un postre con crema de vainilla, pasta de almendras, castañas confitadas, nueces, merengues y dulce de leche repostero.
En la costa, Mar del Plata ofrece en la zona del puerto paellas al estilo valenciano, rabas, cazuelas de mariscos, picadas marineras, mejillones a la provenzal, langostinos a la plancha, recetas a base merluza, abadejo, pez limón; mientras que a la hora de los dulces los clásicos alfajores de chocolate y dulce de leche se llevan todos los aplausos e incorporan nuevas variantes.
La devoción del turista argentino por Mar del Plata y sus alfajores fue retratada por la artista Marta Minujín, que ensambló un lobo marino gigante elaborado con envoltorios dorados para graficar una de las costumbres más arraigadas de los viajeros: llevarse cajas de distintas marcas de esa golosina para compartir con amigos y familiares.
Córdoba también cuenta con una diversidad de comidas típicas que asocian los sabores del criollo cordobés y de las colectividades de inmigrantes; así, la comunidad piamontesa radicada en Calchín Oeste con su “bagna cauda” que se elabora a base de ajo, anchoas, crema de leche, nueces y una variedad de condimentos, y luego se sirve en cazuela como un aderezo para untar a vegetales, carnes y pan, tiene su