Carnes: se recupera el consumo total per cápita en la Argentina
En el corriente año se prevé llegar a los 115,2 kilos. El desglose es con el 46 % vacuna; 39 %, aviar y 15 %, porcina. La incidencia del poder adquisitivo en la variación de las tendencias.
De concretarse el incremento interanual del 4,2 % para carnes bovina, porcina y aviar en la Argentina respecto del año previo, se prevén alplejo”, canzar niveles cercanos a los del año 2017.
De este modo, el consumo total de los tres productos por habitante en la Argentina podría ubicarse en torno a 115,2 kilos en este 2023.
Asimismo, la composición de la dieta cárnica del habitante promedio sería con el 46 % de carne bovina; 39 %, de aviar y 15 %, porcina.
Por otro lado, cada persona consumiría, también en 2023, un total de 4,0 y 3,4 kilos por encima de los promedios de los últimos 5 y 10 años, respectivamente.
A estas conclusiones se arribó en un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en base a los datos de consumo de carcar nes proporcionados por la subsecretaría de Ganadería y Producción Animal, de la secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP). En este análisis no se ha tenido en cuenta a las producciones ovina (en lento crecimiento) y pesquera.
“El consumo vacuno recuperaría participación relativa frente a sus sustitutos y la Argentina seguiría siendo el mayor consumidor mundial de carne bovina por habitante”, sostuvo Emilce Terré, economista de la BCR.
Los datos se encuentran disponibles hasta el último marzo. Así entonces, para la estimación anual se realizó una desestacionalización en base a la información de los últimos años.
“Es fundamental recalque el efectivo consumo del corriente año podría diferir del estimado, máxime teniendo en cuenta que estamos ante un año eleccionario y que la macroeconomía argentina atraviesa un contexto comagregó.
La proporción de consumo de carne bovina había aumentado 2,3 puntos porcentuales respecto de 2022, alcanzando niveles cercanos a los de 2019.
“Una manera interesante de analizar el consumo de carnes a lo largo del tiempo es comparando el porcentaje respecto de los sustitutos cerdo y pollo”, indicó Franco Ramseyer, también economista de la BCR.
“Puede observarse que, desde el año 2002, la carne vacuna ha ido perdiendo representación en la canasta de consumo, siendo reemplazada por las otras dos fuentes de proteína animal”, amplió.
En el año 2016 el consumo bovino se igualó con los sustitutos y, desde entonces, representa menos de la mitad de toda la carne que se consume anualmente en las mesas argentinas.
“Sin embargo, en los últimos dos años la tradicional vacuna recuperó parcialmente su participación relativa y ha subido dos puntos”, explicó.
Otro indicador de interés para este análisis, realizado desde la Bolsa de Comercio rosarina, es la evolución de la capacidad adquisitiva de los salarios en términos de carne.
Para tal fin se utilizaron promedios anuales de las remuneraciones brutas desestacionalizadas, informadas por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), y se dividen por la media anual del precio del kilo de asado para el mismo período, relevado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).
“De este modo, la remuneración bruta promedio del sector asalariado alcanzaría para comprar 163,5 kilos de asado en este año”, dijo Terré.
“Este dato indica una recuperación respecto del piso relativo alcanzado en 2021, cuando el poder de compra de los sueldos era de 134 kilos. Y puede ser uno de los factores explicativos del incremento en el consumo cárnico que se viene experimentando este año”, comentó.
“Sin embargo, es impor
La remuneración bruta promedio del sector asalariado alcanzaría para comprar 163,5 kilos de asado en el corriente año.