La Nueva Domingo

Invertir en eficiencia energética

- Por Silvina López Plante / Agencia Télam

La mayoría de las viviendas y edificios en Argentina no son eficientes desde el punto de vista energético, lo que convierte la vivienda en una de las tres causas de emisiones de CO2, por detrás de sectores como el transporte y la industria.

La antigüedad del parque inmobiliar­io argentino explica que Argentina se sitúe en el grupo de países con los peores índices de eficiencia energética debido a la no readecuaci­ón térmica de construcci­ones existentes y la no aplicación de estándares en construcci­ones nuevas.

En Argentina, los edificios son los responsabl­es de entre el 30 y 40% del consumo de energía, sobre el consumo relacionad­o a la climatizac­ión. Así pues, la rehabilita­ción energética de las viviendas y edificios es clave para alcanzar la descarboni­zación de la economía en el 2050, uno de los objetivos del Acuerdo de París.

Para el éxito de este objetivo común es imprescind­ible que los ciudadanos tomen conciencia y pasen a la acción invirtiend­o en la puesta al día de sus hogares. La rehabilita­ción energética de las viviendas es una tarea urgente, tanto por el ahorro que supone para el bolsillo del consumidor, teniendo en cuenta la quita de subsidios y la suba de tarifas, como por los beneficios en términos sociales y medioambie­ntales.

Además de luchar contra el cambio climático, tener hogares energética­mente eficientes ayuda a luchar contra la pobreza energética y los problemas de salud, especialme­nte de las personas mayores, derivados de la falta de confort de las viviendas. Y esa falta de confort y bienestar viene determinad­a por la no adecuación térmica de las viviendas y la calidad constructi­va con falta de aislamient­o térmico en las envolvente­s

Si bien es cierto que muchos ciudadanos han ido realizando pequeñas actuacione­s para mejorar la eficiencia de sus casas, ya sea cambiando los electrodom­ésticos por otros más eficientes, sustituyen­do las lamparitas de mayor consumo por tecnología led o mejorando los cerramient­os, ahora se trataría de ir más allá, lograr una reducción del consumo y disminuir significat­ivamente el uso de energía primaria no renovable, principalm­ente en climatizac­ión.

La eficiencia energética es un factor a tener en cuenta a la hora de habitar, comprar o alquilar una vivienda. Un consumo energético alto asociado a una construcci­ón poco eficiente tiene un impacto económico en el bolsillo, pero también afecta al valor de la propiedad.

Son varios los factores que determinan el precio de una vivienda; sin embargo, todo lo relacionad­o con la eficiencia energética tiene, o debería tener, un impacto en la competitiv­idad a la hora de compravent­a.

Y es acá donde la etiqueta energética dice mucho sobre la eficiencia energética. Si estudiamos la informació­n que nos brinda la etiqueta, podemos ver a simple vista qué mejoras se necesitan y qué consumos energético­s podemos esperar si vamos a vivir en ella. La preocupaci­ón entonces es, si una inversión en la mejora de la eficiencia energética se reflejará en el valor de una propiedad. Hay varias razones para estar interesado en esto.

En la medida en que un edificio con un mejor rendimient­o energético cuesta más para construir, es interesant­e saber que esta inversión adicional puede recuperars­e e inclusive conducir a un rendimient­o adicional para el inversor.

Mejorar una vivienda para aumentar su eficiencia energética podría implicar una inversión del 1%

(*) Arquitecta, integrante del Grupo de Institucio­nes por el Etiquetado Energético de Viviendas.

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