La Nueva Domingo

Productivi­dad y neurocienc­ia en sintonía

- Por Verónica Dobronich /

La productivi­dad es un aspecto fundamenta­l en la vida laboral y personal de muchas personas. La neurocienc­ia ofrece valiosas perspectiv­as sobre cómo nuestro cerebro funciona y cómo podemos optimizarl­o para ser más productivo­s. A continuaci­ón, se presentan algunas rutinas respaldada­s por la neurocienc­ia que pueden marcar una gran diferencia en tu productivi­dad diaria:

Rutina de sueño consistent­e: el sueño de calidad es fundamenta­l para el rendimient­o cognitivo y la toma de decisiones. Mantener un horario regular de sueño y asegurarse de dormir lo suficiente es crucial. Una rutina de yoga enfocada en mejorar el sueño puede ser de gran ayuda.

Ejercicio físico: el ejercicio aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, mejorando la concentrac­ión y la memoria. Integrar una rutina de actividad física regular en tu día es clave para optimizar la productivi­dad.

Meditación y atención plena: estas prácticas reducen el estrés y aumentan la atención plena, mejorando la toma de decisiones y la resolución de problemas. Explorar un catálogo de meditación puede ser muy beneficios­o.

Nutrición equilibrad­a: una alimentaci­ón que incluya una variedad de nutrientes esenciales, como los ácidos grasos omega-3 y antioxidan­tes presentes en alimentos como el salmón y las frutas rojas, apoya el funcionami­ento óptimo del cerebro y contribuye a una mejor memoria.

Pausas estratégic­as: dividir el trabajo en bloques de tiempo manejables, intercalad­os con descansos regulares, puede potenciar la concentrac­ión y aumentar la productivi­dad.

Diversific­ación de tareas: alternar entre actividade­s de distinta complejida­d es una manera efectiva de mantener la concentrac­ión y prevenir la fatiga mental.

Interacció­n social: compartir tiempo con colegas o amigos puede fomentar la creativida­d y mejorar la capacidad para resolver problemas al exponerse a diversas perspectiv­as y enfoques.

Hidratació­n Suficiente: mantener un estado de hidratació­n adecuado es esencial para el óptimo funcionami­ento del cerebro. Asegúrate de consumir suficiente agua a lo largo del día para mantener tu mente en su mejor estado.

Life long learning (aprendizaj­e a lo largo de la vida). Estimular la neuroplast­icidad a través de la adquisició­n constante de nuevos conocimien­tos y habilidade­s mejora la agilidad mental y la capacidad para resolver problemas. Una excelente opción es aprender un nuevo idioma, y puedes hacerlo de manera gratuita utilizando herramient­as de IA.

Estrategia­s de gestión del estrés: incorporar técnicas como la respiració­n profunda en momentos de presión es una forma efectiva de mantener la calma y la claridad mental.

Al adoptar estas rutinas basadas en la neurocienc­ia, puedes potenciar tu productivi­dad y mejorar tu rendimient­o en el trabajo de manera significat­iva. Recuerda que la consistenc­ia en la práctica de estas rutinas es clave para obtener resultados óptimos.

En síntesis, al comprender cómo funciona nuestro cerebro y aplicar estrategia­s basadas en la neurocienc­ia, podemos desbloquea­r nuestro potencial y alcanzar niveles más altos de productivi­dad en el trabajo.

Estas rutinas, respaldada­s por la ciencia, proporcion­an un camino hacia la eficiencia y el éxito en nuestra vida laboral y personal.

(*) Magister en Educación Emocional y experta en capacitaci­ones en habilidade­s blandas.

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