La ruta volcánica de Córdoba, una travesía de tres días
Las Sierras de Pocho, una cadena volcánica inactiva que data de hace más de siete millones de años, todavía conserva restos fosilizados en sus entrañas.
Los visitantes que gustan de realizar largas caminatas en paisajes insólitos y tesoros arqueológicos pueden disfrutar de un entorno único.
Los volcanes de Pocho, una cadena de cráteres de la era cenozoica enclavada en el noroeste de la provincia de Córdoba, se proponen como alternativa para los amantes del turismo aventura.
Los visitantes que gustan de realizar largas caminatas en paisajes insólitos, campamentos y tesoros arqueológicos pueden disfrutar de un entorno único y muy poco conocido para los habitantes de nuestro país. Cerca de las localidades de Taninga y Salsacate, en el departamento cordobés de Pocho, se emplaza una cadena volcánica inactiva que data de hace más de siete millones de años.
Esta región conserva restos fosilizados que se escondían en las entrañas de la cadena de sierras de Pocho.
Algunos de los picos que aún se mantienen de pie desde la primera etapa de la era cenozoica son La Ciénaga, de 1.300 metros de altura, que da la bienvenida con su forma cónica; y el cerro Poca, de 1.600 metros, oculto entre los cerros Azules y Yerba Buena, que con sus 1.760 metros de altura sobre el nivel del mar, es el punto más alto de las Sierras de Pocho.
El acceso a los volcanes de Pocho está en propiedades privadas, pero existen diferentes senderos habilitados para llegar hasta la cima del volcán Poca.
En esa zona se puede ser protagonista de una postal insólita entre sierras y arroyos, con cinco volcanes inactivos y un enorme campo poblado de palmeras caranday.
Para aquellos que son amantes de las experiencias al aire libre y el disfrute de la naturaleza no se puede escapar la posibilidad de una visita a un lugar que además mantiene su historia volcánica.