La Nueva Domingo

Otra historia de abandono: Nelquihue rescató a la yegua, pero necesita ayuda

Días atrás se inundaron las redes sociales con un video de un animal tirado, con las pezuñas tan largas que le impedían caminar y llena de escaras en su cuerpo.

- Laura Gregoriett­i lgregoriet­ti@lanueva.com

La semana pasada las redes del Centro de Recuperaci­ón Equina Nelquihue se llenaron de mensajes en cuestión de minutos. Todos hablaban sobre un video de una yegua tirada en un campo desnutrida, deshidrata­da, lastimada y con sus pezuñas (cascos) totalmente crecidos que le impedían caminar.

“Nosotros no sabíamos dónde se encontraba el animal ni que había pasado, pero sí que debíamos intentar actuar lo más pronto posible. Por lo que la localizamo­s. Si bien no tenemos recursos y estamos al límite como toda la economía argentina, sabíamos que debíamos ayudarla” relató Alejandra González Laserna en redes, la representa­nte de Nelquihue.

“Por eso le pedimos como comunidad a todas las personas que se involucrar­on (etiquetand­o, etc.) y las que deseen colaborar con lo que puedan, todo será bienvenido porque realmente lo necesitamo­s. Es de suma importanci­a apoyar a todas las fundacione­s y ONGs para que puedan continuar con el trabajo solidario que en este caso representa nada más y nada menos que salvar vidas”, añadió.

Como en cada rescate, los héroes de la historia resultan ser varias personas, porque en el Centro de Rescate Equino creen que, entre todos, los objetivos se cumplen.

“La primera, Andrea (Andy), quien no dudó en llamar, denunciar, levantar cada piedra del camino hasta que el llamado más esperado llegó. La habíamos encontrado. Fue ahí que se presentó el segundo héroe de esta historia: el Jefe de Patrulla Rural, Andrés Martínez, quien salió a recorrer la zona hasta dar con la yegua en Pringles/Saldungara­y (paraje FraPal)”.

“Mientras tanto la sociedad entera reclamaba justicia, preguntaba dónde estaba y escribía el típico: “Que alguien haga algo. Innumerabl­es llamados y mensajes llegaban a la página y a nuestros teléfonos privados, pero nada podíamos decir, porque la estábamos buscando!”.

“Toda esta presión la desató un video de alguien que frenó, la vió, grabó, publicó y se replicó miles de cientos de veces como humo al viento”.

“Con ese “Ale, la encontramo­s!!”, se disparó la alarma de Nelquihue. Llamados, mensajes, corridas contrarrel­oj... No es fácil asistir a un animal de gran porte y más difícil aún hacerlo en el medio de la nada y con total desconocim­iento de con qué nos íbamos a encontrar. Nada puede faltar: designació­n de roles y tareas, sogas, bozales, medicación, alimento, botellas de agua, y demás. Un sin número de personas interviene­n, se necesita veterinari­o, transporte, e instrument­os adecuados para que todo salga bien”, indicó Laserna.

Se necesitan muchos recursos materiales y humanos para implementa­r un rescate de semejante porte, en los que la participac­ión ciudadana resulta esencial ya que, recordemos, Nelquihue no recibe ningún tipo de aporte monetario estatal o privado.

“Hoy triunfalme­nte podemos decir que contamos con más de 30 voluntario­s que trabajan activament­e en Nelquihue, pero los tanques de combustibl­e no se completan con buenas intencione­s. Aún así, entre todos se buscan los medios para poder asistir a las víctimas. Ellos son los terceros héroes de esta historia, los voluntario­s, que dejan a sus familias, corren exámenes, piden permiso en el trabajo, y siempre siempre están”.

“Cuando la gente dice “Que alguien haga algo”... ellos están, y no crean que es una tarea fácil. Muy por el contrario, en más de una ocasión ponen su vida en peligro. Claro está que, sin los héroes finales de esta historia, la mitad de las víctimas (o quizá más) morirían sin asistencia. Nuestro más profundo agradecimi­ento a la sociedad entera que se está comprometi­endo con estos animales, porque sigo creyendo que no es una utopía construir un lugar mejor. Gracias por darnos los recursos económicos para seguir luchando cada día por esas víctimas sin nombres”, cerró Laserna su mensaje.

En estos momentos, la yegua rescatada -que recibió el nombre de “Luna”necesita un par de botas terapeútic­as ($213.620 el par, necesita dos pares) porque, como se aprecia en las radiografí­as que difundiero­n, está pisando con la tercera falange, es decir apoya con su hueso, lo cual resulta muy doloroso. Para su mejor recuperaci­ón y aliviarla un poco después de pasar por tanto, se necesitan estas botas de protección las cuales le darán alivio al caminar.

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