La Nueva Domingo

Angustia y preocupaci­ón por los robos en tumbas del cementerio

En menos de una semana, se llevaron elementos del sepulcro de un exintenden­te rosaleño y en más de un centenar de nichos del panteón del Círculo Oficiales de Mar.

- Gustavo Pereyra gpereyra@lanueva.com

Una serie de robos y hechos vandálicos en el Cementerio Municipal de Punta Alta movilizó a las fuerzas policiales locales y obligó a las autoridade­s de Seguridad comunal a tomar medidas disuasivas.

De esta forma, desde el miércoles a la noche funciona una casilla policial en una de las esquinas de la necrópolis, con presencia de efectivos las 24 horas.

Aunque este tipo de hechos no son nuevos, en la última semana se acentuaron dada la seguidilla de robos en gran cantidad de nichos y tumbas, además de los destrozos ocasionado­s.

Para las autoridade­s, es “el hecho de insegurida­d más importante” de la ciudad. Para las familias, un profundo dolor.

Esta ola de robos comenzó a notarse el sábado de la semana pasada, cuando familiares del exintenden­te rosaleño Osvaldo Rigoni denunciaro­n que desconocid­os robaron placas de bronce y floreros del nicho donde están sepultados el ex jefe comunal y su esposa. Otras diez tumbas cercanas también habían sido blanco de los ladrones.

Siguió el lunes, cuando se descubrió que los desalmados ladrones habían ingresado al panteón del Círculo Oficiales de Mar (COM), que alberga a más de mil nichos, y habían robado placas de plata y bronce y floreros metálicos en más de 60 tumbas, además de roturas en tapas de granito y mármol.

Fue el primer golpe, porque al día siguientes las autoridade­s del COM se anoticiaro­n de que habían robado de nuevo en otros 50 nichos de ese panteón militar, además de más destrozos.

Y a pesar de las denuncias, los controles y los anuncios de medidas, el miércoles por tercera mañana consecutiv­a volvieron a detectar faltantes y daños.

“Lacras” y “basuras” fueron algunos de los adjetivos que empleó el presidente del COM, Mariano Figueredo, para calificar a los autores de “semejante atrocidad por un pedacito de metal” y que tanto “daño moral” causaron a las familias afectadas.

En diálogo con La Nueva., Figueredo se preguntó con angustia, bronca e impotencia por qué tienen que soportar “este sacrilegio, este atropello a tantos muertos y familiares. Es increíble que haya personas con tan poca empatía y moral”.

“No podemos hacer otra cosa que la denuncia. Somos todos militares retirados, veteranos y queremos dar una mano, por eso habíamos pensado en salir a hacer nosotros mismos las guardias, pero el que nos tiene que proteger es el Estado”, señaló.

Por su parte, el secretario de Seguridad, Tránsito y Defensa Civil del Municipio Gabriel Álvarez, quien también es militar retirado, dijo que se están ocupando y pidió enfáticame­nte que los afectados concurran a hacer la denuncia policial pertinente, porque en algunos casos se actuó de oficio.

“Sé que el perjuicio es más emocional que monetario, pero sin la denuncia se complica el accionar de la Justicia”, remarcó Álvarez.

Para las autoridade­s, es “el hecho de insegurida­d más importante” de la ciudad. Para las familias, un profundo dolor.

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FOTOS: ROLANDO RAMOS VARIOS HECHOS vandálicos se registraro­n en el cementerio municipal. Se acentuaron en la última semana por lo que las autoridade­s tomaron medidas.

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