Ecuador: un viaje en tren por la Avenida de los Volcanes
Se trata de un recorrido de unos 450 kilómetros que incluye ascensos hasta 3.600 metros sobre el nivel del mar.
La formación cuenta con antiguas locomotoras restauradas, dos coches de estilo colonial, un coche bar y dos salas panorámicas.
El naturalista e historiador alemán, Alexander Von Humbold, bautizó como “Avenida de los Volcanes” a la sucesión de más de 70 de estas formaciones geológicas, de las cuales 27 están en actividad, y que son posibles conocer a bordo del denominado Tren de las Maravillas, distinguido en tres oportunidades como el Mejor Tren de Lujo de América del Sur, en un recorrido por Ecuador de cuatro días, con sus respectivas noches, desde Quito a Guayaquil.
El tren opera todo el año, a un precio de 1.735 dólares por persona, y su trayecto total consta de aproximadamente 450 kilómetros con ascensos de hasta 3.600 metros sobre el nivel del mar al cruzar las montañas de los Andes, para luego descender hasta las costas del Pacífico.
La formación cuenta con antiguas locomotoras restauradas, dos coches de estilo colonial, un coche bar para disfrutar de toda la gastronomía tradicional, dos salas panorámicas y una espectacular terraza descubierta.
El viaje se inicia en la estación de Chimbacalle, al sur de Quito, considerada uno de los 7 Tesoros del Patrimonio Cultural Material de la capital ecuatoriana, donde los viajeros son recibidos por la tripulación.
El viaje se interna en la zona andina en la que se encuentran los volcanes y permite visitar una hacienda donde se cultivan las rosas que Ecuador exporta al mundo, actividad que se realiza hasta el mediodía.
Luego del almuerzo, se continúa a bordo de un bus turístico con destino al Parque Nacional Cotopaxi, hacia la laguna de Limpiopungo, a los pies del Volcán Cotopaxi.
El segundo día la formación se dirige a la ciudad de Ambato en un recorrido que presenta las increíbles postales de los Andes Ecuatorianos, con plantaciones de productos andinos y la impresionante vista de la Laguna de Yambo.
Es en esa parte del recorrido que los viajeros son sorprendidos por la presencia de los integrantes de la Diablada Pillareña, que interpretan bailes típicos hasta que se arriba a la estación de Urbina, el punto más alto del viaje, ubicado a 3.609 metros sobre el nivel del mar.
Luego, pasado el mediodía, se llega hasta Jatari, donde se desciende de la formación y en una corta caminata se llega al centro turístico comunitario de La Moya para regresar, en horas de la tarde, al punto de embarque y continuar el viaje hasta la ciudad de Riobamba, donde se pasa la noche.
El tercer día, la locomotora a motor conocida como “El Monstruo Negro” espera para llevar la formación a través de coloridos campos de quinua, hasta arribar a Colla, donde la locomotora a vapor deja paso a una máquina dieseleléctrica que continuará su recorrido hacia el sur, hasta la estación de Guamote, donde se podrá descender para visitar un auténtico mercado andino.
El viaje continúa hacia la estación de Palmira, lugar donde los turistas serán trasladados en bus turístico hasta Alausí, donde espera el convoy que los transportará a través de la mítica Nariz del Diablo.
Se trata de un intrincado sistema de zigzags que permiten a la locomotora descender hacia el valle de Sibambe, para regresar nuevamente a Alausí para pasar la noche.
La última jornada inicia el recorrido en bus en dirección a Huigra, para conocer la antigua estación de esta localidad y el establecimiento donde funcionaba la matriz de la antigua Guayaquil & Quito Railway Company.
El tren se retoma en el andén San Antonio con dirección a Yaguachi, la primera estación construida dentro del sistema ferroviario ecuatoriano, y donde una locomotora a vapor Baldwin espera para llegar al destino final, en la ciudad de Guayaquil.