Europa enfrenta riesgos climáticos “críticos”, alerta la Agencia del Medio Ambiente
El continente, que desde los años 80 se calienta dos veces más rápido que otras regiones del mundo, no está preparado para las consecuencias del cambio climático. Piden tomar políticas públicas urgentes.
Los riesgos climáticos aumentan más rápido de lo que las políticas públicas actuales de la Unión Europea están preparadas para reaccionar, concluyó la primera Evaluación Europea del Riesgo Climático de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
Según este balance, el continente europeo, que desde los años 80 se calienta dos veces más rápido que otras regiones del mundo, no está preparado para las consecuencias del cambio climático.
Incendios forestales, inundaciones, subida del nivel del mar, sequías… la intensificación de estos eventos climáticos extremos es consecuencia del cambio climático y para los científicos de la AEMA es un hecho que debido al calentamiento global ya existente, los desastres naturales en Europa aumentarán.
Por ende, es necesario realizar una evaluación de riesgos: medir qué tan ge- neralizados y urgentes son los desafíos climáticos, conocer sus implicaciones para adaptar lo mejor posible las políticas públicas del continente.
“Muchos de estos riesgos han alcanzado ya niveles críticos y podrían llegar a ser catastróficos si no se toman medidas urgentes y contundentes”, alertó la AEMA.
Las medidas actuales para enfrentarse al cambio climático son progresivas, sin embargo no están a la altura del riesgo, van más lento de lo que el riesgo crece. Entonces “puede resultar necesario actuar con urgencia incluso frente a riesgos que todavía no son críticos”, afirma la entidad.
Más allá de los ecosistemas, el cambio climático supone un riesgo para la alimentación, la salud, la economía y la infraestructura europea. La AEMA identificó 36 riesgos principales que dividió en esas cinco categorías. Considerando las políticas actuales para mitigar esos riesgos, concluyó que más de la mitad requieren medidas adicionales y ocho necesitan una respuesta urgente.
En un escenario pesimista, la AEMA estima que al final del siglo “cientos de miles de personas morirían por las olas de calor, y las pérdidas económicas solo por inundaciones costeras podrían exceder un billón de euros anuales”. Una pérdida mayor a la que se estima que perdió la Unión Europea entre 1980 y 2022 por el conjunto de eventos climáticos extremos, 650.000 millones de euros.
No todas las regiones europeas son vulnerables al mismo nivel: el sur enfrenta un riesgo mayor de incendios forestales y de escasez de agua.
Los desafíos
Desde el punto de vista de la alimentación, las olas de calor y las sequías prolongadas ponen en riesgo las cosechas y el abastecimiento en agua potable. Estos riesgos climáticos también tienen implicaciones en la salud: el calor extremo afectará particularmente a los trabajadores al aire libre, a las personas mayores y a quienes no cuenten con viviendas adaptadas.
La AEMA apunta que las soluciones a estos riesgos a la salud pública van más allá de las políticas sanitarias tradicionales. Incluyen, por ejemplo, una mejor planificación urbana, respetuosa de los ecosistemas y vegetación (además de crear sombra, los árboles absorben dióxido de carbono, el principal gas responsable del calentamiento climático).
Si pasamos a considerar la infraestructura, el riesgo climático de las inundaciones en áreas urbanas afecta las instalaciones eléctricas, las cañerías y los servicios de transporte.
El conjunto de estos riesgos climáticos, y las potenciales catástrofes naturales tiene un efecto en la economía. “Los ministros de Finanzas tienen un papel esencial” a la hora de evaluar los costos y beneficios de las políticas de adaptación al cambio climático, dijo Kate Levick, directora adjunta de E3G.
La evaluación reconoce el progreso de la Unión Europea en el conocimiento de los riesgos climáticos, ahora la AEMA urge a una respuesta coordinada.
Para garantizar la resiliencia de nuestras sociedades, los responsables políticos europeos y nacionales deben actuar ahora, declaró Leena Ylä-Mononen, directora ejecutiva de la AEMA.