Crítica situación del río que le daría agua a Bahía
El Colorado apenas trae hasta Pedro Luro el 10% de su caudal habitual, situación que incrementa en gran medida el nivel de salinidad del agua y ocasiona inconvenientes en las poblaciones que deben consumirla.
UN PROYECTO QUE SIGUE ESPERANDO En un hecho que no debe pasar desapercibido a la hora de evaluar la real contribución que podrá realizar a la ciudad el futuro acueducto desde el río Colorado --si es que las promesas políticas se cumplen y definitivamente se concreta--, resulta conveniente repasar la actualidad de dicho curso de agua.
Si bien su presente puede responder a cuestiones estrictamente estacionales, el río llega a Pedro Luro con el 10% del caudal que tiene en un año normal, lo que incrementa en forma preocupante la salinidad natural de sus aguas y ocasiona numerosos inconvenientes en las poblaciones ribereñas que deben consumir agua envasada.
Según el diario “Río Negro”, a tal punto llegó la disminución del recurso hídrico que está tan bajo que se puede cruzar a pie con ganado, eludiendo los controles de la barrera geográfica que previene la difusión de la aftosa.
Las constantes bajantes ya llevan una década y el proceso, cada vez más agravado, viene movilizando a los regantes de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires.
A la ahora de ensayar respuestas a semejante situación se alude al cambio climático y su drástica reducción de nieve y lluvia en la cordillera, a la retención de caudales que realiza la represa Casa de Piedra y que sólo libera en función de las necesidades de generación de energía. Para hacer frente a la crisis se habla de trasvasar agua desde el río Negro.
¿Y la obra?
Desde fines del año pasado, cuando tanto el ministro de Economía de la Nación, Axel Kicillof como su par bonaerense, Silvina Batakis, anunciaron el otorgamiento de un crédito por 150 millones de dólares por parte de la Corporación Andina de Fomento (CAF) para la puesta en marcha del acueducto, no volvió a hablarse del tema, al menos desde los despachos oficiales.
Seguramente, como se prevé, el anuncio de la ejecución estará próximamente en boca de Cristina Fernández y Daniel Scioli, en el marco de la campaña electoral, pero hasta ahora ni siquiera se dio a conocer el proyecto técnico definitivo.
Se sabe que desde una estación de toma se bombeará el agua cruda a través de una tubería de impulsión hasta la planta potabilizadora, ubicada a 1,6 km de distancia, en Pedro Luro. Desde allí se la impulsará hasta el centro de distribución en Bahía Blanca mediante el acueducto troncal que tendrá una longitud de 120,8 km.
De todas formas, hay algunos especialistas, por caso del ingeniero Juan Carlos Schefer, que destacan la importancia de encarar otras obras en vez del acueducto desde el Colorado, por caso la renovación de la red local de distribución de agua, evitando así la pérdida de un caudal superior incluso al que puede llegar desde el río.
A tal punto llegó la disminución del recurso hídrico en la zona de Pedro Luro, que está tan bajo que se puede cruzar a pie con ganado, eludienco controles.
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