Sorprendido por tres sujetos que se hicieron pasar por policías
Miguel Ángel Molinari describió lo sucedido en su vivienda de calle Inglaterra al 400, donde fue asaltado por tres personas que se hicieron pasar por policías. Escaparon con algo más de 10 mil pesos y una escopeta.
“Estuvieron, a todo vapor, quince minutos acá adentro, pero hice de cuenta como si hubieran estado dos días. Fue terrible”.
Así describió Miguel Angel Molinari (69) la experiencia que le tocó vivir el jueves a la noche, cuando delincuentes que se hicieron pasar por policías lo asaltaron en su vivienda del barrio Pacífico.
“Más o menos, a las ocho y diez de la noche volví de tomar mate con mi hermana acá a la vuelta y me senté a hojear una agenda de teléfonos. En eso golpean las manos, me levanto, abro esta puerta (de la cocina), salgo y eran tres personas: uno bien uniformado como policía, el otro con un chaleco con la inscripción de la fuerza y el restante de civil”, agregó.
El episodio se registró en la vivienda ubicada en Inglaterra 425, en la que desde hace 35 años Molinari comparte con su mujer, quien la noche del robo estaba en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“Les pregunté qué necesitaban y los ladrones dijeron que venían a hacerme firmar una citación para ir hoy (por ayer) a la DDI. Entonces me acerco a la puerta de rejas y le pedí la citación para ir a buscar la lapicera. Ahí uno me dijo 'no me abre que está lloviendo'”, continuó.
El hombre quien manifestó que “soy capitán retirado, pero de la policía de antes”, prontamente se dio cuenta que había cometido un error.
“Cuando le abrí la puerta le dice a los otros dos 'pasen', entonces le manifiesto 'para qué'; pero ya estábamos llegando a la puerta. Ahí me dijo 'dale Viejo', me empujó, sacó el arma y me dijo 'esto es un asalto'. Así que me hizo sentar en una silla y el que estaba de civil cerró la puerta y bajó la persiana, lo que me llevó a decirle que 'no baje la persiana porque cualquier vecino que pase se va a dar cuenta que algo pasa, porque nunca cierro la persiana en los 365 días del año”.
Rápidamente, los delincuentes le exigieron dinero.
“Me dijo 'queremos la plata, dame la plata' y le respondí 'qué plata, si yo no tengo; si no cobré', pero insistió y me llevó a la habitación, me puso boca abajo en la cama y me ató con una soguita que tengo, y empezó a tirar cajones”, detalló.
Indicó que poco después hallaron una cantidad de di- nero que no le pertenecía a Miguel Ángel, y cuyo monto ascendía a los 9.500 pesos.
“En eso, en la mesa de luz estaba la carterita roja y blanca en la que guardaba el dinero de mi hijo, y con la que a fin de mes paga el alquiler de la cachorra, que es el legajo del taxi. Entonces sacó la plata y, como yo le había dicho que no tenía dinero, me dijo: 'Viejo, si colaborás no te va a pasar nada'”, recordó.
Por otra parte, la víctima tenía en su poder poco menos de mil pesos, producto de la venta de bidones.
“Cuando se está yendo, (el delincuente) me sacó los 950 pesos que tenía en la billetera y también se llevaron la escopeta vieja, calibre 14, de la que sólo quedaba el caño y la culata, y que no sirve ni para adorno”, dijo.
Es decir, en total, los ladrones lograron alzarse con 10.450 pesos.
Hubo otro movimiento realizado por los desconocidos que el damnificado no pudo decodificar.
“También trajeron el monitor de la computadora de mi nieto, pero lo dejaron acá (señalando la mesa de la cocina) y no se llevaron más nada... ¡Ah!, se llevaron la llave de la reja, que capaz tiraron por ahí, pero que me hicieron cambiar la cerradura. Es que, cuando se iban, uno volvió y me dijo 'cuál es la llave de la reja' y le di una soguita con algunas llaves pero sólo sacó la de la puerta, el resto me lo dejó, pero cerraron la reja”, recordó.
Miguel Ángel aseguró que no le fue problemático liberar sus manos.
“Y cuando escuché el motor de un vehículo me desaté, porque me habían atado suave, y me fui al almacén de mi sobrino (ubicado en las inmediaciones), pero ya estaba descompuesto. Es que me pusieron un stent (y se apoya la mano derecha sobre el sector del corazón) y tengo diabetes y presión”.
Finalmente mencionó que no sufrió mayor maltrato durante el robo, aunque de todos modos debió recibir atención médica.