Bahía continúa con vida y precisa que caiga San Nicolás
La albiceleste salió airosa en ambos choques de ayer: superó a Mar del Plata y La Plata. A las 18, ante Chivilcoy.
En el segundo turno de ayer, Bahía Blanca cumplió con su cometido y logró vencer cómodamente a La Plata por 79 a 54.
El elenco dirigido por Sebastián Aleksoski encontró gol a distancia para abrir el juego: triples de Scarpaci, Barbero y Arens lo pusieron arriba 11-3, en 3m04s.
No obstante, esa efectividad y la irritante defensa zonal planteda por el conjunto platense lo invitó a seguir buscando desde la medialuna y, por momentos, se excedió en tal sentido.
Así, perdió fluidez y permitió que La Plata, corriendo, arme un partido parejo.
Más aún, Bahía se secó en el 2°C (anotó solo un tiro de campo por espacio de 5m08s) mientras los comandados por Aramayo cargaron vía Zulberti y se pusieron a cuatro tantos: 24-20 a 3m04 del descanso largo.
De regreso, Bahía fue una tromba.
Comenzó a jugar más con sus internos y si no hubiese sido por el flojo nivel de la dupla arbitral, hubiese sentenciado el cotejo mucho antes de lo ocurrido.
Con Gerhardt luciéndose en la pintura y un par de triples de Zambrano (cerró con 3-5), el equipo bahiense se escapó definitivamente.
La estocada final llegó de la mano de Scarpaci, quien con tres bombas (hizo 4-7) le bajó la persiana al encuentro: 5232 con 10m24 por delante.
La diferencia le permitió a Bahía cuidar a Barbero, quien dejó al equipo promediando el 2°C por un golpe en su mano derecha y administrar los minutos de cara a los partidos cruciales que se le vienen.
Así, Bettiga dio una mano en defensa, Ruesga fue el base en el complemento (no ingresó contra Mar del Plata) y Carlos Pérez decoró un par de contraataques definiendo con clase.
Lamentablemente, la derrota en el inicio del Provincial modificaron los puntos de atención para Bahía.
En ese sentido, será fundamental que San Nicolás, elenco que derrotó al bahiense, no le gane esta tarde a Mar del Plata, ya que llegaría invicto al domingo y con La Plata por delante, a priori el rival más débil del torneo.