“La diabetes no me impidió ni me impide jugar al fútbol”
La historia de Federico Freire, refuerzo de Olimpo, es muy particular. Hace ocho años que le detectaron esa enfermedad, pero su vida es tan normal como la de cualquier jugador profesional.
Algunas historias de vida merecen ser contadas. Y no importa que sea una persona común y corriente o un jugador de fútbol profesional con un nombre ganando en el ambiente de Primera división.
Federico Freire, uno de los actuales refuerzos de Olimpo, puede ser conocido para algunos, otros lo tendrán que "googlear", pero su testimonio de fe, de lucha, de perseverancia y de voluntad, lo convierte en un ejemgar plo, más allá de lo que pueda rendir dentro de la cancha una vez que arranque el campeonato y el aurinegro tenga que pelear por puntos que, fecha a fecha, lo irán llevando hacia el paraíso o el infierno. A Freire, o “La Gata”, como le dicen, en 2007, una semana antes de viajar al Mundial Sub 17 de Corea, le descubrieron que tenía Diabetes Tipo 1, y como no pudo ir a defender los colores de la Selección Nacional, decidió dejar de jugar.
El doctor Luis Grosembacher lo convenció de que podía continuar con su sueño. Entonces, el futbolista capitalino tomó el consejo, se montó a su ilusión, logró lle- a la Primera de Vélez --el 28 de noviembre de 2011-- y después de 15 partidos en el plantel profesional del Fortín, emigró a Catania, al máximo nivel del calcio italiano.
"El doctor Grosembacher me ayudó a pensar de otra manera. Lo veo cada tres meses para mis estudios de rutina, para ver cómo van dando los niveles de azúcar y para charlar un poco", le manifestó Freire al sitio "Canchallena" en septiembre de 2013.
--Hoy, ¿cómo llevás la enfermedad y qué cuidados tenés que tener a la hora de la práctica activa del fútbol al máximo nivel?
--Es una enfermedad tramposa, para muchos desconocida, que se puede despertar si no la controlás o tu estado de ánimo no es el que tiene que ser. Ya van 8 años y no me genera ninguna complicación a la hora de jugar al fútbol o de exigirme físicamente. Ocupándote, siendo consciente de la enfermedad, podés llevar una vida absolutamente normal.
Hoy, Freire sigue visitando la Liga Argentina de Protección al Diabético (Lapdi) y la Fundación Argentina de FADI, para dar charlas sobre su experiencia personal.
“A la diabetes no hay que tenerle miedo, sí mucho respeto. Muchos chicos diabéticos me escriben y me preguntan si pueden seguir el sueño de llegar a Primera. Sí, que se queden tranquilos, que pueden ser igual o más que cualquiera".
--¿Te sorprendió la enfermedad, o es hereditaria?
--Me sorprendió; no tengo familiares que hayan tenido diabetes. Además me agarró en un momento muy particular, cuando estaba en la selección argentina sub 17. Son piedras en el camino que hay que sortear, por algo pasan. Fue un momento duro, pero no me impidió ni me impide seguir con lo que quiero, que es jugar al fútbol.