Las vías vencidas del ferrocarril
“QUERÍAN FICCIÓN, les vendí ficción”, dijo un conocido personaje de estos tiempos, frase sugerida, se dice, por su abogado, para desmentir toda la historia que unos días antes antes había contado a un periodista, dando cuenta de cómo empresarios relacionados con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner sacaban del país millones de dólares para proceder a su “lavado”. LA FRASE demuestra que, demasiadas veces, la gente quiere escuchar ciertas historias, aceptarlas y creerlas, incluso contra una verdad cuya fuerza no alcanza a imponerse porque pretende atentar contra una particular necesidad de que se verifiquen algunos deseos, o de que el escándalo proporcione un tema de charla y discusión. FLORENCIO RANDAZZO, exministro del Interior y Transporte de Cristina, tomó el tema del ferrocarril como una bandera, una herramienta cuando todavía pensaba que él era el candidato más presentable para pelear por la presidencia del país, deseo que luego se vería truncado. ENTRE LAS promesas de Randazzo se incluyó la reactivación del servicio de trenes entre Bahía Blanca y Plaza Constitución, a partir de un supuesto estudio técnico que aseguraba que las vías colocadas por los ingleses en 1883 requerían una intervención menor para permitir ser recorridas por un servicio propio del siglo XXI. CON LA salida de Randazzo se terminó la ficción. No solo eso: por estas horas la realidad barrió con los últimos servicios existentes (quedó solo el del domingo), luego de que la gobernadora María Eugenia Vidal tomara conocimiento del riesgo que significa circular por allí, y de la necesidad de realizar una inversión millonaria para su recomposición. LA PRESTACIÓN anulada era poco menos que pésima. Más allá de que “cumplía el horario”, las 14 horas que tardaba en cubrir el trayecto, los vidrios rotos de los vagones, la falta de calefacción, los baños inaccesibles y los asientos desmantelados eran parte de una propuesta que cada día salía sin un asiento libre. Es que el boleto -$ 150 la clase turistaera el 20 por ciento del costo del ómnibus. EL ESCRITOR Ezequiel Martínez Estrada, que vivió en Bahía Blanca los últimos 15 años de su vida, fue un apasionado crítico del ferrocarril inglés, “que tendió sus vías como tentáculos depredatorios a la pampa” -escribióen beneficio de un capital extranjero y ante un gobierno que creyó en “un espejismo”. Como haya sido, la ciudad cierra un capítulo de 132 años, luego de más siete décadas de desatención, desinversión, ficción y olvido.
La ciudad está cerrando un capítulo de 132 años, luego de más siete décadas de desatención, desinversión, ficción y olvido.