Esto que pasó.
Aunque conlleva un eventual riesgo de accidente ante un mínimo descuido, la imagen no deja de ser simpática. A bordo de su bicicleta, este niño se desplaza feliz por la calle Terrada en compañía de su pequeña mascota. Convertido en chofer de su cachorrito, y con toda su inocencia a cuestas, no le teme al tránsito vehicular ni a cualquier control de los agentes de la GUM.