Cómo vivir en plenitud, a pesar de la artritis reumatoidea
Antes, el pronóstico de esta enfermedad era muy poco alentador. En la actualidad, la realidad es otra. Por eso es de suma importancia poder recibir el mejor tratamiento.
estacados especialistas en reumatología remarcaron los beneficios del tratamiento de la artritis reumatoidea con los medicamentos biológicos, que son medicaciones por vía inyectable (subcutánea o endovenosa) que atacan componentes específicos inflamatorios que participan en el proceso inmunológico de la enfermedad.
En nuestro país están disponibles desde hace unos 16 años y han modificado favorablemente
Del abordaje de la artritis reumatoidea (AR) moderada a severa, logrando prevenir significativamente el deterioro en las articulaciones, mejorando la funcionalidad y la calidad de vida de los pacientes. El tema fue abordado en el marco del encuentro científico "Los números cuentan", al que asistieron cerca de 250 reumatólogos especializados en el tratamiento de la AR de todo el país y en el que disertaron prestigiosos referentes internacionales de esta disciplina.
La artritis reumatoidea afecta casi todos los aspectos cotidianos de la persona que la padece.
Comienza por el intenso dolor que implica tener numerosas articulaciones permanentemente inflamadas hasta la eventual destrucción de esas articulaciones, de no mediar un tratamiento adecuado.
A los pacientes les cuesta vestirse, asearse, levantar una tasa llena, cortar carne o subir tan sólo 5 escalones.
Sus principales síntomas, entre otros, son la rigidez de las articulaciones, en particular por las mañanas, tumefacción, dolor, limitación y aumento de la temperatura local en varias de las articulaciones.
"Afecta lo personal y sus relaciones familiares (hijos, pareja, etc.) y es una causa mayor de incapacidad laboral. Pierden su trabajo (el que sea) de no estar bien tratados", manifestó la doctora Alejandra Babini, médica reumatóloga, presidente de la Sociedad Argentina de Reumatología (SAR).
Admitió la profesional que durante mucho tiempo la artritis reumatoidea se trató con esteroides, antinflamatorios y algunos medicamentos que intentaban frenar la evolución sin mayor éxito.
"Veíamos grandes deformaciones articulares y personas en silla de ruedas", relató.
Afortunadamente, comentó, el resultado mejoró adicionando el uso de medicamentos que modifican el curso de la enfermedad (como metotrexato o leflunomide) y, mejor aún, la estrategia de llegar a tratar cuanto antes y suprimir la inflamación modificó el devenir, reduciendo el daño y la incapacidad".
"El advenimiento de medicamentos biológicos con blancos específicos para AR, llevó esa estrategia a óptimos resultados, viendo hoy pacientes casi sin deformidades, activos social y laboralmente", destacó la doctora Babini.
"Los reumatólogos jóvenes no conocen casi pacientes en silla de ruedas hoy, por ejemplo", aseguró.
Ante la sospecha de AR, los especialistas remarcaron la importancia de que el médico clínico derive al paciente al reumatólogo, que es quien está entrenado en el manejo de esta enfermedad, sobre todo en sus presentaciones moderada a severa, que requieren un tratamiento y un seguimiento exhaustivo.
Se debe tener en cuenta que, si bien hay disponible todo un abanico de tratamientos, que van desde la medicación de primera medicación, el metotrexato, hasta las llamadas "drogas modificadoras del curso de la artritis reumatoidea", aproximadamente uno de cada tres pacientes no responden bien o dejan de responder a los pocos años de terapia, debiendo recurrir el especialista a la combinación de drogas o a la indicación de los agentes biológicos.
Para la doctora Babini, el paradigma cambió al tener varias y mejores opciones de tratamiento, de manera de lograr el objetivo de remisión (cero inflamación) cuanto antes y mantenerlo.
"Muchos pacientes sólo lo logran a través del uso de un biológico y lo mantienen muchos años", reveló.
La vida de alguien en tratamiento con un biológico antes de tener deformidades es la de una persona sin artritis.
"Los pacientes refieren que están igual que antes de tener esta enfermedad. Incluso,la vida de una paciente con artritis de larga data igual mejora muchísimo, aunque exista alguna deformidad, sostuvo la presidenta de la SAR.
La AR afecta a casi el 1 por ciento de la población, lo que implica unos 400 mil argentinos. Se presenta entre los 25 y los 50 años, atacando más a la mujer.