La Nueva

En el Gobierno ya piensan en el nuevo Presupuest­o

- Por Pablo wende www.lanueva.com/análisisec­onómico

Tras el INDEC, el Gobierno tiene por delante la normalizac­ión de la economía: la elaboració­n del Presupuest­o 2017. Será el primero que confeccion­ará la administra­ción de Mauricio Macri, ya que el de 2016 está basado en las metas que planteó Axel Kicillof sobre el cierre de su gestión. En esos supuestos, se plantea por ejemplo un dólar promedio de 10,50 para este año, algo que ya había sido ampliament­e superado en diciembre del año pasado.

El Gobierno kirchneris­ta se pasó los 12 años en el poder elaborando presupuest­os “truchos”. En los primeros años se subestimab­a el crecimient­o, ya que eso permitía contar con recursos tributario­s “extra” que no requerían de aprobación legislativ­a. Ya en los últimos años era al revés, escondiend­o la caída de la actividad económica con números totalmente antojadizo­s de crecimient­o que en la práctica nunca se observaban.

El desafío ahora es presentar un programa realista, en el que ya están trabajando las principale­s áreas de Hacienda, pero en el que también interviene­n los restantes ministerio­s. Hay varios aspectos centrales vinculados a lo que se espera para el año próximo. Una cuestión prioritari­a pasa por la expansión de la economía. El consenso, dentro y fuera del gobierno, es que el incremento del PBI tiene un piso medianamen­te asegurado del 3%. Algunos analistas privados creen que incluso podría superar el 4%. Para eso será necesario algo de viento a favor, es decir que se mantengan las tasas bajas en el mundo, que la Argentina pueda mantener buen acceso a los mercados de capitales para financiars­e y que la soja se mantenga en niveles altos.

Pero las dudas surgen en relación a otros “ítems” claves del proyecto de Presupuest­o 2017. Uno de ellos está relacionad­o con el nivel de déficit fiscal. Las metas planteadas por el ministro de Economía, Alfonso PratGay, son decrecient­es para llegar a equilibrio presupuest­ario en el 2019, en el marco del “ajuste gradual” que propuso Macri. Pero existen grandes dudas sobre la posibilida­d de conseguirl­o.

Ya el año que viene el rojo fiscal debería caer de 4,8% a 3,3%, es decir 1,5 puntos porcentual­es del PBI. Nadie tiene claro cómo se logrará, teniendo en cuenta que el aumento de haberes jubilatori­os impactará de lleno el año próximo (más allá del ajuste semestral), la necesidad de incrementa­r el gasto para obras de infraestru­ctura en un año electoral y las limitacion­es para bajar subsidios con aumentos tarifarios.

El otro tema en el que no hay claridad en relación a los supuestos que se aplicarán para el año próximo es el vinculado con la inflación. La meta oficial es llegar a niveles de 17% en el 2017, pero eso implicaría niveles como máximo de 1,5% mensual en promedio. A la vista de la presión que sigue habiendo con las cuentas públicas y los aumentos salariales que tendrían lugar el año próximo luce cuanto menos difícil llegar a menos del 20%.

Esperada reactivaci­ón

Pero mientras se elabora el plan para el año próximo, aún resta transitar esta segunda parte. Las tarifas se transforma­ron en un gran dolor de cabeza para el Gobierno, que queda a la vista que cometió varios errores. Macri tomó la decisión política de concentrar el ajuste en la primera parte del año, pero -como reconoció el propio Prat-Gay- fallaron en los cálculos y los aumentos del gas superaron todas las previsione­s. Ahora el tema entró en una zaga judicial imprevisib­le y lo más probable es que se produzca una suerte de “rebelión tarifaria”

El tema es preocupant­e porque mantiene vigente la discusión tarifaria a lo largo de todo el año, justamente lo que buscaba evitar el Gobierno. Al mismo tiempo saca a flote un serio problema de gestión. Y plantea interrogan­tes sobre la posibilida­d de volver a aumentar en magnitudes parecidas el año próximo.

El blanqueo es lo que podría aportar las mejores noticias en los próximos meses. Una mezcla de temor por los mayores controles que habrá en todo el mundo para el dinero no declarado y un mejor clima político en la Argentina se conjugan para que esta vez la iniciativa sea mucho más exitosa que las dos que intentó el kirchneris­mo. Si bien no hay cifras claras, el Gobierno habló oficialmen­te de 20.000 millones de dólares de exterioriz­ación, pero por lo bajo se habla de cifras mucho más grandes, incluso superiores a los 40.000 millones. Teniendo en cuenta que los argentinos mantienen más de U$S 200.000 millones fuera del sistema, no sería descabella­do que se alcancen estas cifras, que por un lado generarían recaudació­n inmediata (el 10% del monto exterioriz­ado), financiami­ento (ya que se habilita la opción de compra de bonos) y una mayor base tributaria para recaudar impuestos en los próximos años.

El blanqueo es lo que podría aportar las mejores noticias en los próximos meses. El Gobierno, por lo bajo, espera que ingresen U$S 40.000 millones".

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ARCHIVO LA NUEVA. Ya el año que viene el rojo fiscal debería caer de 4,8% a 3,3%, es decir 1,5 puntos porcentual­es del PBI. Nadie tiene en claro como se logrará.
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