Lágrimas y frío para que los ojos no sufran
La conjuntivitis es la reacción inflamatoria de la conjuntiva, una membrana que recubre el interior de los párpados y que se extiende a la parte anterior del globo ocular.
Generalmente, es producida por una infección (bacteria, virus u hongo) o por el contacto con alérgenos (polen, fármacos), según explicó Aldo Cesar Da Prá, jefe de Oftalmología de la Clínica San Camilo.
Afirmó que "en verano hay más exposición al sol, hay más contacto con el agua de mar y piscinas, lugares en donde su contagio aumenta.
"Es por ello que su prevención es vital para evitar contraer esta enfermedad. La conjuntivitis afecta a personas de cualquier edad", afirmó Da Prá.
Los síntomas son el enrojecimiento ocular, secreción
Recomiendan: uso de antiparras; lavarse las manos frecuentemente; usar lentes con protección UV; no compartir toallas ni almohadas.
acuosa o mucopurulenta que produce lagrimeo, dolor, fotofobia (sensibilidad a la luz), visión borrosa, sensación de pesadez en los ojos, edema palpebral y disminución de la agudeza visual cuando compromete la córnea.
El especialista comentó que la conjuntivitis "dura entre 8 y 12 días, y es autolimitada, pero en algunos casos puede prolongarse hasta por 3 semanas y progresar causando serias complicaciones oculares.
"Para el tratamiento se suelen indicar antibióticos tópicos, frío local, lágrimas, y antiinflamatorios, según la situación de cada paciente", Da Prá. El contagio de la infección "se produce con facilidad por las secreciones de los ojos, la nariz y la boca de los afectados.
"Si las personas de su entorno tocan las mismas tazas, vasos, toallas o sábanas pueden contagiarse, o si los afectados nadan en una pileta, también aumentan las chances".