¡La vuelta al mundo con los Zapp!
Herman se crió en Sierra de la Ventana, donde conoció a Candelaria. Juntos se lanzaron a recorrer el planeta en un auto de 1928. Llevan 17 años rodando. En el camino tuvieron cuatro hijos. Están en Europa, último tramo.
En cualquier lugar del mapa donde apoyen el dedo, aún con los ojos cerrados, encontrarán un amigo. Muy pocas personas en el planeta tienen este privilegio. Ellos están entre esos pocos.
Son los Zapp, la familia que lleva 17 años viajando en un Graham Paige de 1928 y que está en Europa a punto de culminar la vuelta al mundo con sus cuatro hijos, Pampa, Tehue, Paloma y Wallaby, nacidos en el camino, cada uno en un país distinto.
No tardaron 80 días, como en el libro de Julio Verne sino más de 6 mil y están felices de poder seguir adelante en su querida casa con ruedas, el Macondo Cambalache, a 50 kilómetros por hora.
En estos años se alojaron en más de 2.500 casas de familia, compartieron bienvenidas y despedidas en varios idiomas y conocieron las costumbres y modos de vida de personas de las más diversas razas, religiones y culturas.
Los Zapp se trasladaron en cientos de transportes -desde parapentes y globos aéreos hasta camellos y elefantesconvivieron con tribus y comunidades originarias de distintas culturas, conocieron los más paradisíacos paisajes del planeta y emblemáticas construcciones como la muralla China o el Taj Mahal.
Además, en el camino, Herman y Candelaria debieron resolver el desafío de ser padres sin renunciar al sueño que los hacía sentir vivos. Cambiaron pañales, prepararon mamaderas y hasta se convirtieron en maestros de sus hijos.
Europa, donde están ahora, es el final del recorrido que empezó en el 2000.
“Dejamos a Europa para lo último porque siempre la vimos como un postre, un premio. Además pensábamos que si llegaba a pasarnos algo durante el viaje que nos obligara a dejarlo podíamos venir en cualquier momento. Y también porque siempre buscamos más aventura que lindos edificios ¡Acá la aventura más grande es encontrar donde estacionar!”, dice Herman.
Ya recorrieron Turquía, Bulgaria, Rumania, Eslovaquia, Austria, Alemania, Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia, Rusia, Estonia, Latvia, Lituania, Polonia, Austria, Eslovenia, Italia y España. Próximo destino: Holanda.
Antes de frenar -y radicarse en Argentina, probablemente en 2018, en la provincia de Salta-, planean navegar por el Atlántico en un barco a vela desde Canarias hasta Brasil.
“El barco todavía no lo tenemos, pero ya va a aparecer”, dice Herman.
Fiel a la premisa Zapp: fe incondicional en la gente y en el camino.
El viaje según Herman
-¿Cuál fue el mayor desafío del viaje?
-El mayor desafío fue y será, creo, el primer día. Ese día en el que vas a donde todos te dicen que es una locura y dejás lo que conocés y te vas por lo que no conocés. Te vas con todas esas preguntas sin respuestas.
Otro inmenso desafío fue cambiar, dejar de ser ese ser fabricado por tantos años de colegios universidades, leyes sociales, estructuras, reglas y tratar de ser tan solo yo.
El dejar de comparar, criticar o querer cambiar para ser el que viene a vivir lo que es.
El cambiar me trajo un sentimiento maravilloso de ser quien quiero ser y estar a gusto conmigo mismo. Me dio muchas libertades.
Y millones de gracias por llamarlos desafíos porque eso solo son. No existen los problemas en un sueño, solo desafíos. ¡Y qué bueno fue tenerlos!
-¿Qué condiciones hay que tener para vivir viajando?
-¡Las que se tengan ahora! Porque si esperamos las condiciones perfectas, jamás nos iremos. Mi abuelo decía que carguemos los zapallos en la camioneta que luego en el camino se acomodan. Y hemos visto gente en silla de ruedas, ciegos, personas de más de 80 años y tantos otros que nos demuestran que las condiciones ya las tenemos. Así que nada de excusas y más acción.
-Cande se convirtió en maestra de los chicos a través de un programa del Ministerio de Educación de la Nación ¿Cómo lo vive?
-¡Sí! Cande sigue dando clases a los chicos. Es genial dar clases de los romanos y luego ir con ellos al Coliseo, o de catequesis e ir al Santo Sepulcro a Belén; o estudiar a los egipcios y luego meternos dentro de las pirámides de Egipto o conocer la tumba de Tutankamon.
-¿Hubo algún momento en que renegaron del estilo de vida elegido, por ejemplo, ante alguna enfermedad o situación límite?
-La única enfermedad que tuve fue Malaria, en Ibo, una isla en Mozambique -Africaen la que solo hay un auto que no anda.
El hospital se vino abajo y solo quedó un cuartito donde
El Graham Paige en el que viajan fue reacondicionado para dar mayores comodidades a los niños. "Es un hotel con todas las estrellas del mundo", dice Herman Zapp.
un enfermero solo tiene elementos para hacer el test de malaria y la medicina para tratarla, si da positivo.
Luego, solo Cande se infectaba con algo que le hinchaba mucho la panza pero a los 9 meses se curaba -risas- ¡Cuatro veces! ¡Cuatro hijos!
A veces sí da ganas de estar en casa, en nuestro tan lindo living y más que nada en nuestro baño y cama, pero la vida no está del lado de la comodidad ni de la seguridad sino del lado de la aventura.
Y por mas vida queremos ir, así que ¡a más aventura vamos! -¿Qué llevan hoy en el auto-casa?
-Llevamos muchsisiisisisisisisisiimo menos cosas que cuando salimos. Es que uno quiere meter su casa dentro del auto y llevar de todo por las dudas. Y uno no se da cuenta de que va a su mundo que ya lo tiene todo.
Salimos dos con tantas cosas y tantas fuimos dejando. Nos super ayudaron los niños.
Cada vez que nacía uno había que hacerle lugar así que para cuando llegó el cuarto casi nada nos quedaba ¡Y qué bien que hicimos en cambiar cosas por niños!
-¿Hay algún ritual que del que hayan participado en estos años que los haya conmovido especialmente?
-Es difícil elegir pero una que nos encantó y que practicamos a donde vamos es la que aprendimos con los pieles rojas de Canadá.
Ellos nos recibieron en una reserva indígena, donde nos quedamos a dormir, y uno de esos días hicieron un fuego. Allí,mientras estábamos en círculo alrededor del fuego quemaron tabaco como regalo a los dioses.
Luego, una persona le dio un abrazo a quienes tenía a su derecha, y luego a otro y a otro hasta terminar el círculo y volver a su lugar. Allí, la primera persona que él había abrazado, empezó a abrazar a todos uno por uno. Así que cuando se llegaba al mismo lugar uno empezaba a recibir abrazos. Ir a dar abrazos y luego recibirlos.
Después de esto, una persona del círculo toma una pluma de águila y cuenta a todos algo que necesite contar mientras los demás escuchan. Luego, esta pluma pasa a la próxima persona y así todos se escuchan y comparten”.
-¿Quienes eran los que empezaron esta aventura y quienes son hoy?
¡Nada que ver los que salieron a los que somos hoy! En el camino ves inmensas injusticias, desastres naturales, guerras, historias muy duras y uno deja de quejarse de muchas cosas. Somos mucho más humanos. Ahora veo una película de dibujos con mis hijos y en muchas partes lagrimeo. Antes era un duro. Somos mucho más abiertos a las personas.
No vemos a nadie más importante que nosotros pero tampoco vemos a nadie menos importante que nosotros.
Somos más realistas y nos tomamos mucho más en serio la vida. Sabemos que solo vinimos a vivir y que nada nos llevaremos de lo que juntemos. años y 7 meses y 17 días tardaron en unir Argentina con Alaska en su primer viaje. La velocidad máxima del Graham Paige es de 50 km por hora. 21 países recorrieron en su primera aventura. Visitaron América, Asia, Africa, Oceanía y Europa. Solo amor e historias.
-Cuando finalicen Europa ¿Se puede decir que habrán dado la vuelta al mundo?
-La vuelta al mundo finaliza donde se empieza y nosotros empezamos desde casa, en Cardales, así que hasta que no estacionemos frente a casa y abramos la puerta para entrar, la vuelta no se terminó.
Atrapa tu sueño
Toda esta aventura la sustentan con el ingreso de la venta de Atrapa tu sueño, que escribieron en pleno viaje, y que se tradujo a varios idiomas.
"El libro es nuestra gasolina y cuando terminemos de viajar escribiremos otro con inmensas ganas de compartir tanto”, dice Herman.
“No queremos que lean lo que vivimos o cómo atrapamos nuestro sueño, sino que cada uno vea cómo puede hacer todo esto”, remató.
Un lema de la familia es: “No se necesita mucho para ser feliz. Cuanto menos tienes, más tienes”.
El postre
Primero fue unir Argentina-Alaska, en seis meses (finalmente tardaron 3 años y 7 meses) luego llegó la aventura de viajar desde Ushuahia a La Quiaca y más tarde de USA-Canadá. Así llegaron Oceanía, Asia y África para desembarcar, finalmente, en el Viejo Continente.
¡Por aire, tierra y agua!
El Graham Paige fue el vehículo protagonista que despertó curiosidad y les abrió muchas puertas, inclusive siempre llamó mucho la atención a los clubes y amantes de autos antiguos. Pero no fue el único que formó parte de esta epopeya.
Los Zapp anduvieron en globo aerostático, bicicleta, parapente, lancha, combi, colectivo, avioneta, helicóptero, caballo, elefante, carretas de bueyes, burros, submarino y tren bala.
También tomaron tranways y subtes, avionetas, motorhomes, trenes, barcos a vela, de pesca, de madera y barcos de hierros antiguos.
En África se trasladaron grandes distancias en camiones y jeeps haciendo safaris. Subieron a barcas y cruceros, ferries y anduvieron los seis en un ciclomotor por varios días en la India.
Y algunas veces que el auto se rompió no quedó otra que subir a la grúa.
¿Fin del viaje?
En 2018 los Zapp piensan establecerse en Salta, en Argentina.
"Es un resultante de dar la vuelta al mundo. Europa es el último continente . ... y ya se termina entonces el viaje", dijo Herman.
De todos modos, nada está escrito de antemano para quienes decidieron vivir tras los pasos del deseo...haciendo camino al andar.